Sigue la discusión sobre el impacto final del clima en las cuentas públicas, que hizo caer la entrada de dólares y la recaudación. Cuáles son los cálculos de un lado y otro. Massa se reunirá con el Departamento del Tesoro e inversores
Dos temas que aparecieron en la agenda entre el Gobierno argentino y el Fondo Monetario Internacional y que marcarán las próximas semanas de debate técnico, por fuera de los acuerdos preliminares ya alcanzados sobre las metas de reservas y de continuidad del programa, será el cálculo fino del impacto de la sequía en la economía argentina, que todavía tiene números distantes según qué lado de la mesa negociadora haga la estimación, y la búsqueda de un apoyo político de la Casa Blanca y de la conducción del FMI para acelerar el ritmo de desembolsos de organismos internacionales.
El ministro de Economía Sergio Massa concretó este miércoles una reunión con la directora gerente adjunta del FMI, Gita Gopinath, pocas horas antes de que tenga lugar la reunión del directorio del organismo, en que quedará plasmado, según esperan en el Gobierno, el cambio en las metas de acumulación de reservas, una primera admisión por parte del Fondo Monetario de que algunas de las condicionalidades del acuerdo perdieron sustento por el efecto de la severa sequía en las cuentas públicas.
En reservas habría un recorte de unos USD 2.000 millones en la pauta de acopio de divisas en el BCRA, que ascendería a USD 3.500 millones para el primer trimestre
En el equipo económico festejaban en las últimas horas una certeza que deberá confirmarse en las próximas horas: que el comunicado del board de esta semana expresará, con el establecimiento de los nuevos objetivos de reservas, que las condiciones climáticas fueron determinantes para los últimos meses de economía y de política económica en la Argentina. Ese consenso implicará un recorte de unos USD 2.000 millones en la pauta de acopio de divisas en el BCRA, que ascendería a USD 3.500 millones al considerar solamente el primer trimestre.
Permanece, por debajo de la superficie, una distancia entre las estimaciones de impacto global de la sequía para la economía este año. Algunos fuentes ubican a esa brecha entre lo que calcula el equipo económico y lo que concede el Fondo Monetario en unos USD 7.000 millones. Los técnicos en Washington no se mueven de los USD 13.000 millones como pérdida neta de liquidación de divisas, cuando las estimaciones locales ya están en torno de los USD 20.000 millones.
Habrá otras instancias de diálogo entre el Ministerio de Economía y el organismo para determinar si hay posibilidades de recortar esa distancia: a mediados de abril tendrán lugar las reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial. Y entre mayo y junio, la discusión técnica de la quinta revisión trimestral. La cuestión de la sequía es, por lejos, el tema que más tiempo de discusión le llevó a las partes en los últimos meses: ya desde noviembre pasado los técnicos del Fondo pedían a los funcionarios argentinos estimaciones iniciales del impacto.
En ese contexto, el ida y vuelta entre el ministro de Economía y la directora gerente adjunta –Kristalina Georgieva terminará mañana una gira oficial por China- también versó sobre una de las últimas medidas del equipo económico, el canje de deuda en pesos. Tanto Massa como Gopinath hicieron referencia al tema luego de la reunión.
La cuestión de la sequía es, por lejos, el tema que más tiempo de discusión le llevó a las partes en los últimos meses
El jefe del Palacio de Hacienda habló de que “en el encuentro se valoró el despeje de vencimientos de la curva en pesos” mientras que la funcionaria del Fondo solicitó “seguir movilizando de forma sostenible la financiación” en el mercado doméstico.
Respecto al peso y la relevancia que tendrá para la economía este año una fuente de financiamiento neto en dólares como son los organismos internacionales, ya el martes una primera reunión con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) Ilan Goldfajn esa cuestión apareció en la agenda. Hoy, los cara a cara con el presidente norteamericano Joseph Biden, la secretaria del Tesoro Janet Yellen y con Gopinath siguió ese camino: buscar el apoyo político más alto posible, con influencia decisiva en el directorio, para que el calendario de desembolsos de organismos bilaterales sea reforzado en el contexto de sequía.
El comunicado de la presidencia argentina mencionó: “El presidente Biden se comprometió a apoyar a la Argentina en los organismos multilaterales para amortiguar el efecto de la sequía, ante el detalle del presidente Fernández sobre la gravedad de sus consecuencias. Los presidentes ratificaron la vocación de ambos países de ser socios estratégicos para llevar adelante inversiones efectivas que permitan el aumento de la producción de recursos energéticos, alimentos que contribuyan a la seguridad alimentaria del mundo y el desarrollo regional de minerales críticos”.
La idea que sobrevoló la reunión en la Casa Blanca fue que un grupo de países de ingreso medio, como por ejemplo la Argentina, tiene una dependencia más pronunciada de los fondos que pueda conseguir por esa vía en comparación con otras economías. Alberto Fernández, incluso, mencionó que el Gobierno norteamericano vería la posibilidad de establecer nuevas reglas para este tipo de instituciones.
La agenda de Massa en la capital norteamericana seguirá este jueves. Tendrá primero un encuentro con Juan González, asistente especial del Departamento de Estado sobre cuestiones relacionadas a América Latina, un funcionario con cercanía previa y buena relación, cultivada a lo largo de los últimos años, con el ministro de Economía. También habrá espacio para reuniones con ejecutivos de fondos inversores soberanos por distintos proyectos de infraestructura.
El jueves por la noche Massa emprederá el regreso. Horas después de su partida el directorio del FMI discutirá la revisión de metas del programa argentino
Como antecedente, a fines de enero pasado directivos del Fondo Saudí para el Desarrollo (SFD), anunciaron en el Ministerio de Economía que financiarán obras en los sectores de energía y salud alimentaria por 500 millones de dólares. El jueves por la noche Massa emprederá el regreso a Buenos Aires. Horas después de su partida el directorio del FMI discutirá la revisión de metas del programa argentino.
Se espera que los directores del board expresen, con las advertencias que tradicionalmente suelen incluir en sus comunicados, que el impacto de la sequía derivó en un cambio de las metas de acumulación de reservas y que analizaron las últimas medidas de política económica; desde principio de año: recompra de deuda, canje de bonos en pesos y el anuncio del canje de los títulos en dólares.
Las metas condicionales de esta instancia no están en duda ya que serán las de fines de 2022, que corrieron menos peligro. Los objetivos del primer trimestre de este año será otro tema, en una discusión que empezará en las próximas semanas. La de reservas, aún con el cambio que propiciará el directorio este viernes, seguirán siendo desafiantes según estimaciones privadas, mientras que el horizonte de recorte del déficit fiscal también arrancó con presiones por la fuerte caída de ingresos fiscales por la menor cantidad de retenciones recaudadas, otra consecuencia de la sequía.
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