Por José Luis Ortiz Güell
Hoy se celebra el día para el niño, ese que se ha caracterizado por su
inocencia y su sonrisa, pero desgraciadamente 17 millones sufren
desnutrición ,300 millones son sometidos a la violencia física, sexual o
psicológica, 420 millones viven en países en guerra y 4 millones son
víctimas de homicidios, bien de ellos o de sus familias.
Son demasiados los niños que, al caer la tarde, absortos, tras el cristal se
pierden en esos horizontes mustios de la desesperanza, el hambre y la
guerra.
Son muchos los que no ven las estrellas pues las nubes de los
sometimientos y las vejaciones en sus tristes ojos velados por la tristeza
que se asienta tras abandonarles la sonrisa.
Demasiados que al poco de nacer envejecen en el cuajo de la desesperanza
en un mundo que a través de las pantallas digitales susurra falsos
encantamientos.
Un tiempo que hablando de futuro y de vida tienen que luchar demasiado
para para su sombra se convierta en perla.
Otros son afortunados pues a pesar de las dificultades tienen esos seres,
que el peor de los panoramas ofrecen su vida, esos seres que se llaman
padres y madres.
Desafortunadamente vivimos en un mundo trufado de absurdeces,
construcciones morales manipuladas y jergas provocadoras que es preciso
revisar.
Quizás me quede en esos padres y madres que sueñan y viven por los
niños, por sus hijos y que mejor que celebrar este día con una canción de la
gran cantante ecuatoriana Gabriela Franco y que dedica a su hijo, un ángel
llamado Chris y que rememora a sus padres de los que ha heredado su
amor a la humanidad y ese milagro de la vida que son los niños, la
esperanza del futuro y del mundo.
https://www.facebook.com/Gabriela.Franco.The.Singer/posts/pfbid026fzVJ
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