Gracias a la investigación sobre otra enfermedad (la distrofia muscular de cintura), investigadores encontraron una terapia que podría aplicarse a pacientes con la enfermedad metabólica
Las estatinas son una clase de medicamentos muy utilizados en todo el mundo, indicados para disminuir los niveles de colesterol en la sangre. Actúan inhibiendo una enzima llamada HMG-CoA reductasa, que es esencial para la producción de colesterol en el hígado. Esto reduce la cantidad de colesterol LDL en el torrente sanguíneo, lo que redunda en un menor riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Estos medicamentos también ayudan a estabilizar las placas existentes en las paredes de las arterias para prevenir complicaciones cardiovasculares.
Como con cualquier fármaco, las estatinas pueden provocar efectos secundarios. Algunos de los más comunes incluyen dolores de cabeza, dolor o debilidad muscular, dolor abdominal y náuseas. En la mayoría de los casos, se considera que los beneficios de tomar estatinas superan los riesgos, especialmente para las personas con un alto riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular.
El origen de uno de estos efectos secundarios frecuentes presenta desde hace años una incógnita para los investigadores. Hasta ahora no se sabía con claridad cuál era la causa de los dolores musculares, especialmente en la parte superior de los brazos y las piernas.
Se estima que entre el 5% y el 30 % de los pacientes que toman estatinas padecen algún tipo de dolencia muscular. “Un porcentaje mucho menor, menos del 1%, desarrolla debilidad muscular o miopatía -que es el término médico para definir la dolencia- lo suficientemente grave como para que les resulte difícil subir escaleras, levantarse de un sofá, levantarse del inodoro”, precisó Robert Rosenson, cardiólogo del Centro Médico Mount Sinai de EEUU a The Atlantic.
La buena noticia para los pacientes que toman estatinas llegó de una forma inusual: el estudio de un trastorno genético raro y aparentemente sin conexión con el colesterol ayudó a entender problemas habituales vinculados al tratamiento farmacológico de la enfermedad metabólica. La investigación fue publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Este equipo de investigadores de la Universidad Ben-Gurion del Negev y del Centro Médico Soroka en Israel, descubrió una respuesta que podría explicar el origen del dolor muscular causado por las estatinas. Este hallazgo ocurrió mientras estudiaban los genes asociados con una enfermedad rara, la distrofia muscular de cintura (LGMD, por sus siglas en inglés), que causa debilidad progresiva en los músculos de las caderas y los hombros, en las áreas del cuerpo conocidas como “cinturas pélvica y escapular”.
Los equipos de científicos siguieron el rastro de esta enfermedad en algunas familias en los Estados Unidos y de una familia beduina en Israel. La investigación los llevó a sospechar de mutaciones en un gen específico que produce una enzima.
La miopatía es el principal efecto adverso de la clase de medicamentos de estatinas ampliamente prescritos. Las estatinas ejercen su efecto beneficioso al inhibir la HMG CoA-reductasa y el mecanismo de la miopatía (dolor muscular) por estatinas aún no se ha resuelto y su tratamiento es insuficiente, dijeron los autores del estudio.
“La historia comenzó con una familia beduina en el Negev, donde el matrimonio entre parientes es común. En esa familia, se descubrió una enfermedad hereditaria desconocida que se caracteriza por dolor muscular que comienza alrededor de los 30 años”, dijo el profesor Ohad Birk, jefe del Laboratorio de Genética Humana de la Universidad Ben-Gurion del Negev y director de Genética del Instituto en el Centro Médico Soroka.
Mediante una serie de estudios genéticos, los investigadores demostraron que la distrofia muscular de cintura escapular es causada por una mutación en el gen que codifica la enzima HMG CoA-reductasa, esto hace que la enzima, que es fundamental para la función muscular adecuada, deje de funcionar o lo haga de manera defectuosa.
En un intento por curar a los pacientes de esta rara enfermedad, los investigadores desarrollaron un medicamento que imita la actividad de la enzima defectuosa, una sustancia llamada mevalonolactona.
Tras este hallazgo, los científicos sintetizaron y evaluaron la seguridad de la mevalonolactona en ratones y probaron su eficacia en el tratamiento de un paciente humano y en ratones con miopatía inducida por estatinas.
Según dijeron los investigadores, los descubrimientos de este estudio mostraron que “la mevalonolactona podría ser útil para tratar tanto esta rara enfermedad genética como la miopatía causada por las estatinas. Se están realizando ensayos clínicos de gran tamaño para validar estos resultados y permitir el uso clínico de la mevalonolactona tanto en la distrofia muscular de cintura (aún sin tratamiento efectivo) como en la miopatía por estatinas, que es muy habitual”.
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