Según el relato, el norteamericano era una narcisista y tenía creada toda una estrategia en el Metro de Medellín para interceptar a las menores
Poco a poco se van conociendo detalles del actuar criminal del hombre identificado por la Fiscalía General de la Nación como Krishan Agarwal, de 44 años, mejor conocido en el mundo de las redes sociales como Orion Depp. En las últimas horas se conoció el relato de una de las mujeres que trabajó para él y contó detalles de la forma como captaba a jovencitas para nutrir su negocio de pornografía infantil.
Según comentó Katherine –a quien se le cambió el nombre para proteger su identidad–, este hombre de origen indio se acercó a ella a través de redes sociales para ofrecerle un empleo como su asistente personal. La joven relató que el norteamericano le pagaba 20.000 pesos por cada hora y debía estar en su apartamento de lunes a viernes, ocho horas diarias.
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Cuando comenzó a trabajar, aseguró que el Depp le comunicó cuáles serían sus deberes: ayudarle con las cosas matutinas como hacer mercado u organizar documentos relacionados con sus negocios en las criptomonedas y las redes sociales. También debía ayudarlo a socializar con jovencitas, ya que afirmaba ser un hombre introvertido y con pocas habilidades de interacción social, le comentó a El Espectador.
A medida que avanzaban los días, Katherine empezó a conocer el verdadero negocio de Depp. Según contó, este hombre tenía una especial obsesión por su apariencia física, por lo que se sometió a varias intervenciones estéticas para ocultar sus facciones indias y adoptar unas norteamericanas. Algunos de sus cambios incluyeron el cambio de tono de piel, color de ojos y de cabello.
Además, que el hombre era usuario frecuente de drogas ilegales y restringidas que conseguía en el mercado negro de Medellín, como fentanilo, clonazepam y tusi. Incluso, solicitaba que las sustancias llegaran hasta la puerta de su apartamento por correo certificado. En cuanto a su negocio de explotación sexual, la joven comentó que Depp pagaba hasta $250.000 por cada encuentro sexual, además de recurrir a sitios públicos para conseguir a las menores.
“Otra cosa que hacía mucho es que él se iba al metro de Medellín, varias veces por semana, porque decía que esa era la forma más fácil de conseguir novia o chicas. Se montaba al metro dentro de las estaciones de Envigado hacia Bello, rumbo a las comunas y así engañaba peladitas”, contó Katherine al medio citado.
La joven, que ingresó a trabajar con Depp cuando apenas tenía 15 años, también fue conocedora del plan del norteamericano para crear una empresa de modelos webcam, con la que pretendía aumentar sus ganancias difundiendo los videos de sus encuentros sexuales, que grabó de forma ilegal con las menores. Además, pretendía contratar jóvenes entre los 14 y 17 años para transmitir en la web y, según comentó Katherine, en sus planes estaba falsificar cédulas de ciudadanía para evitar ser detectado por las autoridades.
“Me mostró el anuncio de la empresa de modelaje webcam y me dijo que por favor los imprimiera y los pegara y repartiera en las comunas. También me indicó que el primer pago que les daría por el video porno sería de $250.000 pesos y que iría aumentando el valor si volvían al estudio a grabar. Yo era un puente para que él pudiera acceder sexualmente a niñas pobres y vulnerables de las comunas”, señaló la exempleada.
Aunque la joven logró alejarse de Depp antes de concretar su plan, otros testimonios obtenidos por El Espectador señalaron que sí logró vender varias de las imágenes que grabó sin consentimiento de sus víctimas. Incluso, señalaron que el norteamericano inducía a las menores a consumir sustancias ilícitas para tener mayor control de su voluntad.
“Una vez estaba abriendo los cajones de la mesa del televisor y encontré una bolsa tejida llena de ropa interior, lencería sensual y extrovertida de tallas muy pequeñas, y cuando las saqué encontré un gancho que realmente tenía una cámara escondida. Yo vi el lente y el botón para encender y apagar. En ese instante pensé, Dios mío, ya me debió haber grabado a mí también y así debió grabar a muchas otras sin su consentimiento”, es uno de los relatos.
Ante la contundencia de los testimonios y la recolección del material probatorio por parte de la Fiscalía, Orion Depp fue enviado a la cárcel de Bello (Antioquia), donde deberá permanecer privado de la libertad mientras se confirma su culpabilidad por los delitos de explotación sexual de menores de edad a cambio de dinero; producción y distribución de material audiovisual con fines pornográficos y porte de drogas
INFOBAE