Aquellos Juegos fueron inolvidables para Vicente Pinillos, quien en esas justas vistió la camiseta de las 14 estrellas con la selección de voleibol, hoy 50 años después, cuando la perla del Otún recibe nuevamente la fiesta deportiva más importante del país, Pinillos, volverá a estar en escena, esta vez como entrenador de la selección femenina risaraldense de voleibol.
Al evocar ese momento, como deportista, Pinillos vivió la ilusión de representar al departamento, para muchos la participación en Juegos Nacionales es solo una vez en la vida. “No teníamos coliseo en Pereira, entonces entrenábamos en canchas que armábamos o en el único colegio que tenía Coliseo que era el Deogracias Cardona, además era en cemento porque no había más”, recordó.
Recibir unos Juegos Nacionales es muy importante para toda región, según él, en el año 74 Pereira “los juegos trajeron desarrollo”.
FAMILIA, VOLEIBOL Y RISARALDA
Vicente Pinillos fue armador, comenzó en el voleibol como “de carambola”, jugaba fútbol, incluso fue convocado a la selección risaraldense en el año 1971, pero un día, luego de un partido, cuando ya estaba listo para la ducha, lo llamaron del equipo de voleibol porque les hacía falta un jugador. “Nadie me enseñó a sacar con el antebrazo, a usar los dedos, nada, pero yo lo hice muy bien y ahí arrancó la chispa del voleibol, a los ocho meses me retiré del fútbol”.
Algunos años después su rol cambió, empezó a acompañar el banco de la selección risaraldense de voleibol, se fue haciendo a un nombre hasta llegar a ser el entrenador, pasó por todos los equipos para darle gloria a este deporte en Risaralda.
“He ganado y he perdido, amo a Risaralda, a este deporte, aunque ya estoy pensionado estoy aquí sentado y sin ser mi responsabilidad estoy dirigiendo al equipo infantil, lo hago por amor”, destacó el entrenador.
La obsesión por ganar y por sacar adelante a Risaralda en este deporte lo llevó a enamorarse de esta disciplina, al punto que, “toda mi vida es voleibol, mis hijos jugaron voleibol, incluso uno de ellos llegó muy lejos, fue levantador de la Selección Colombia y jugó en Europa, todavía a la edad que tengo respiro voleibol”.
A sus 68 años no se detiene, cuenta con un gran coequipero que lo provee de convicción y fortaleza: su hijo mayor. “Pregunte por el hijo de Vicente, todo el mundo sabe quién es, anda conmigo desde los ocho años, es sordo mudo, pero es mi compañero, siempre está pendiente de todo, es un muchacho colaborador y respetuoso, se ha ganado el cariño de todos, no solo en Risaralda”, mencionó el orgulloso.
“Mi familia es el deporte” al hacer un recuento por cada uno de sus hijos, casi todos han desarrollado una carrera deportiva, no solo en voleibol, pero la número uno del equipo Pinillos es su esposa, de quien afirma con voz fuerte “es el soporte de todo esto”.
El “profe” estuvo en cancha solo en el año 74, desde entonces su carrera ha sido prominente y llena de historia: ocho apariciones en Juegos Nacionales como entrenador, más de 150 campeonatos nacionales dirigidos en todas las categorías y con la Selección Colombia estuvo alrededor de 10 oportunidades.