Luego de atravesar la única frontera terrestre entre América del Sur y Centroamérica, los caminantes continúan su recorrido hasta México
La crisis migratoria que se registra entre América del Sur y Centroamérica se ha trasladado a otras naciones diferentes de Colombia y Panamá. Se trata de la jungla del Darién, que es el inicio de una travesía que finaliza en la frontera entre México y Estados Unidos.
De esta forma, ha aumentado el número de migrantes que busca completar el sueño americano en algunos de los espacios ubicados entre el golfo de México hasta el océano Pacífico, motivo por el que Andrés Manuel López Obrador, mandatario del país azteca, convocó a una reunión con su gabinete el pasado 25 de septiembre para que se plantearan soluciones a la crisis migratoria.
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Luego de Panamá, los migrantes atraviesan Centroamérica por carretera, pasando por Costa Rica, Nicaragua, Honduras y Guatemala, naciones que se han visto afectadas por la crisis. Es por ello que los mandatarios Laurentino Cortizo (Panamá) y Rodrigo Chaves (Costa rica) se reunirán el próximo 7 de octubre en el Tapón del Darién.
Lo que buscan los mandatarios es observar el panorama del primer destino que tienen los migrantes en Centroamérica, buscando que las demás naciones se unan a su estrategia de flujo controlado, que consiste en el pago de los migrantes de una ruta terrestre que los lleva desde Panamá hasta Costa Rica y Nicaragua.
De esta forma, los países centroamericanos que hacen parte de la ruta hacia Estados Unidos buscan erradicar problemas similares de salubridad, inseguridad y otros factores que se han expandido con la llegada de migrantes. El objetivo es aplicar la estrategia para no permitir que quienes lleguen a su terrirtorio se queden por un tiempo largo.
Así, los ocho o más días que se estima pueden tardar una persona en atravesar el Tapón del Darién, son seguidos por un recorrido que, en los casos más favorables, puede durar semanas. Sin embargo, para miles de migrantes, este trayecto se extiende por meses hasta llegar a México.
Los mandatarios de Panamá y Costa Rica quieren cambiar este aspecto mediante un método que agilice los tiempos de llegada de los migrantes a México. Sin embargo, esta medida podría agudizar la crisis migratoria en dicho país, ya que se estima que alrededor de 3.000 personas intentan ingresar a la nación diariamente.
En Tapachula, municipio del Estado de Chiapas, México, se registra algo similar a lo que se puede observar en pueblos colombianos como Turbo o Acandí, donde los pobladores han encontrado en la migración una oportunidad para sacar provecho de las necesidades de los extranjeros que intentan ingresar a su país.
En la frontera entre México y Guatemala, miles de migrantes llegan al país norteamericano en balsas improvisadas y otros medios que no son los más seguros. Sin embargo, al cumplir con su último recorrido por Centroamérica, la marca del Darién no desaparece, siendo el aspecto que más recuerdan de la travesía en la mayoría de los casos.
En un informe de CNN que resalta la ruta de los migrantes hasta llegar a México, se observa que lo que es molestia para los centroamericanos no lo es para aquellos que tuvieron que adentrarse en el Darién, ya que afirman que las filas e incomodidades que tienen que pasar allí no son comparables al infierno que tuvieron que pasar en la jungla.
“Ahí está el diablo metido, muchos muertos”, “hemos pasado cosas horrorosas, yo no pensé estar vivo a esta hora”, o “Es posible, pero hay que tener mucha fuerza mental y voluntad para poder cruzar”, son algunos de los testimonios que entregaron los migrantes en México sobre su travesía por el Darién.
De la misma forma, la selva del Darién también se ha convertido en una demostración de humanidad y colaboración. Migrantes aseguran que durante su paso por el Tapón encontraron marcas en árboles y otras zonas, lo que consideraron señales dejadas por viajeros del pasado para indicar el recorrido correcto.
“La gente deja señales, si hay fundas verdes se puede caminar, si hay fundas rojas no se puede caminar, es peligroso; las personas que ya han pasado te dejan señales”, afirmó uno de los migrantes en México.