El Senasa confirmó casos en Santa Fe y Corrientes, mientras que existen sospechosos en otras provincias. Ya en 1988 se había registrado un incremento de animales afectados. Tres expertos en virología explicaron a Infobae qué factores favorecen la circulación del virus
Los caballos empiezan a tener fiebre alta, falta de apetito, somnolencia. Se los nota con letargo o con hiperactividad. Hacen movimientos en círculo y sus sentidos se ven alterados, pierden el control muscular y sufren descoordinación. Así son los síntomas más frecuentes que manifiestan los animales que adquieren la infección llamada “encefalomielitis equina del Oeste”, un tipo de encefalitis que -aunque con una frecuencia menor- también puede afectar a los seres humanos.
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En la Argentina, el Servicio Nacional de Sanidad Animal y Calidad Agroalimentaria (Senasa) ya confirmó que hay brotes de la infección en caballos en las provincias de Corrientes y Santa Fe. Asimismo, aún se esperan los resultados de los estudios de muestras de casos sospechosos de animales en Córdoba y Entre Ríos, y se han establecido diferentes medidas para contener la circulación del virus por el país. También hay casos bajo sospecha en equinos con síntomas en tres departamentos de Uruguay.
Infobae habló con tres expertos en virología de instituciones públicas, el Conicet y la Universidad Nacional de Córdoba, que han investigado sobre las encefalitis virales en equinos y los mosquitos.
Cuál es el origen de la encefalomielitis equina
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“El último brote de la encefalomielitis equina del Oeste ocurrió en la Argentina en 1988. Al detectarse nuevamente el virus en caballos en 2023, se puede decir que hay una reemergencia del patógeno”, dijo a Infobae el doctor Guillermo Albrieu, investigador del Centro de Investigación y Desarrollo en Inmunología y Enfermedades infecciosas, que depende del Conicet y la Universidad Católica de Córdoba.
El virus que causa la enfermedad, que pertenece al género “alfavirus”, ha estado presente en la región de las Américas desde hace mucho tiempo. Fue descrito por primera vez en 1930 en el Valle Central de California, Estados Unidos, y ocho años más tarde se descubrió que no solo afectaba a los caballos sino también a los humanos.
Los reservorios naturales del virus serían aves y roedores, pero aún en la Argentina no están identificados completamente. Sí se sabe que el alfavirus puede ser transmitido por algunas especies de mosquitos en ambientes rurales, según informó a Infobae Lorena Spinsanti, profesora e investigadora del Instituto de Virología Dr. José María Vanella, dependiente de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba, donde se hizo la tipificación de las muestras de animales afectados en Santa Fe.
“En los Estados Unidos se ha encontrado que aves como los gorriones y los mosquitos Culex forman parte del ciclo de transmisión de la encefalitis. También los conejos pueden ser reservorios allí. En cambio, en la Argentina, existe la hipótesis de que algunas especies de roedores y liebres podrían ser reservorios del alfavirus que causa la encefalomielitis del Oeste en la Argentina”, contó a Infobae la doctora Marta Contigiani, profesora emérita de la Universidad Nacional de Córdoba, quien ha investigado a las encefalitis. En la Argentina, las especies de mosquitos Culex y Aedes albifasciatus podrían ser vectores del alfavirus.
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“El patógeno puede transmitirse por las picaduras de mosquitos a los caballos o a los humanos. No se transmite entre los caballos o entre humanos sino que siempre tiene a los mosquitos como vectores”, puntualizó Albrieu. Hasta el momento no se ha reportado que el alfavirus afecte a vacas, gatos o perros.
Qué tan grave es la encefalomielitis equina
Cuando afecta a los caballos, el porcentaje de los que se mueren en relación a la cantidad de enfermos puede ser entre 20 a 30 por ciento para la encefalomielitis del Oeste, según el Senasa. También hay animales que cursan la infección sin síntomas.
INFOBAE
El Senasa confirmó casos en Santa Fe y Corrientes, mientras que existen sospechosos en otras provincias. Ya en 1988 se había registrado un incremento de animales afectados. Tres expertos en virología explicaron a Infobae qué factores favorecen la circulación del virus
Los caballos empiezan a tener fiebre alta, falta de apetito, somnolencia. Se los nota con letargo o con hiperactividad. Hacen movimientos en círculo y sus sentidos se ven alterados, pierden el control muscular y sufren descoordinación. Así son los síntomas más frecuentes que manifiestan los animales que adquieren la infección llamada “encefalomielitis equina del Oeste”, un tipo de encefalitis que -aunque con una frecuencia menor- también puede afectar a los seres humanos.
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En la Argentina, el Servicio Nacional de Sanidad Animal y Calidad Agroalimentaria (Senasa) ya confirmó que hay brotes de la infección en caballos en las provincias de Corrientes y Santa Fe. Asimismo, aún se esperan los resultados de los estudios de muestras de casos sospechosos de animales en Córdoba y Entre Ríos, y se han establecido diferentes medidas para contener la circulación del virus por el país. También hay casos bajo sospecha en equinos con síntomas en tres departamentos de Uruguay.
Infobae habló con tres expertos en virología de instituciones públicas, el Conicet y la Universidad Nacional de Córdoba, que han investigado sobre las encefalitis virales en equinos y los mosquitos.
Cuál es el origen de la encefalomielitis equina
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“El último brote de la encefalomielitis equina del Oeste ocurrió en la Argentina en 1988. Al detectarse nuevamente el virus en caballos en 2023, se puede decir que hay una reemergencia del patógeno”, dijo a Infobae el doctor Guillermo Albrieu, investigador del Centro de Investigación y Desarrollo en Inmunología y Enfermedades infecciosas, que depende del Conicet y la Universidad Católica de Córdoba.
El virus que causa la enfermedad, que pertenece al género “alfavirus”, ha estado presente en la región de las Américas desde hace mucho tiempo. Fue descrito por primera vez en 1930 en el Valle Central de California, Estados Unidos, y ocho años más tarde se descubrió que no solo afectaba a los caballos sino también a los humanos.
Los reservorios naturales del virus serían aves y roedores, pero aún en la Argentina no están identificados completamente. Sí se sabe que el alfavirus puede ser transmitido por algunas especies de mosquitos en ambientes rurales, según informó a Infobae Lorena Spinsanti, profesora e investigadora del Instituto de Virología Dr. José María Vanella, dependiente de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba, donde se hizo la tipificación de las muestras de animales afectados en Santa Fe.
“En los Estados Unidos se ha encontrado que aves como los gorriones y los mosquitos Culex forman parte del ciclo de transmisión de la encefalitis. También los conejos pueden ser reservorios allí. En cambio, en la Argentina, existe la hipótesis de que algunas especies de roedores y liebres podrían ser reservorios del alfavirus que causa la encefalomielitis del Oeste en la Argentina”, contó a Infobae la doctora Marta Contigiani, profesora emérita de la Universidad Nacional de Córdoba, quien ha investigado a las encefalitis. En la Argentina, las especies de mosquitos Culex y Aedes albifasciatus podrían ser vectores del alfavirus.
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“El patógeno puede transmitirse por las picaduras de mosquitos a los caballos o a los humanos. No se transmite entre los caballos o entre humanos sino que siempre tiene a los mosquitos como vectores”, puntualizó Albrieu. Hasta el momento no se ha reportado que el alfavirus afecte a vacas, gatos o perros.
Qué tan grave es la encefalomielitis equina
Cuando afecta a los caballos, el porcentaje de los que se mueren en relación a la cantidad de enfermos puede ser entre 20 a 30 por ciento para la encefalomielitis del Oeste, según el Senasa. También hay animales que cursan la infección sin síntomas.
INFOBAE