Familiares, amigos y compañeros de trabajo son los primeros en recibir los panfletos con supuestas denuncias de abuso contra el deudor
Los prestamistas gota a gota no solo se mudaron a Internet para encontrar nuevas víctimas, también para amenazar a quienes, en un momento de crisis económica, accedieron a entrar en su modelo de negocio, que ha afectado a por lo menos 9.000 personas en Colombia.
Y es que, de un tiempo para acá, han empezado a combinar las amenazas con motorizados en las viviendas y lugares de trabajo de sus deudores, con llamadas, chats y falsas denuncias en redes sociales, como método extorsivo.
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Cuenta de ello, la denuncia realizada por el bogotano Yesid Rippe, en entrevista con Noticias Caracol, luego de haber solicitado 200.000 pesos, a través de una aplicación en línea para pagar en un plazo no mayor a ocho días, con intereses del 40%.
“El plazo para devolver el dinero”, sin embargo “se convirtió en cinco días, pero cinco es el día límite, entonces a los tres días te empiezan a llamar que tienes que devolver el dinero ya, porque no son cinco días, sino tres y, si no cumples, pues empiezan con todo su acoso sistemático”. Como quien dice, le cambiaron las condiciones de pago, desde el momento en el que aceptó el dinero.
Lo que preocupa, sin embargo, es la manera en la que los prestamistas lo habrían presionado para realizar el depósito: crearon panfletos con su rostro, en los que era acusado de aprovecharse de su supuesta cercanía con menores de edad para cometer todo tipo de abusos.
“Enviaron una foto de mi cédula y al lado una foto de un niño con los ojos tapados, esto junto a un mensaje que decía que yo trabajaba con la Secretaría de Educación y con el ICBF y que era un violador de niños y que me aprovechaba de mi situación de trabajo con el Estado para hacerlo. La primera en recibir esa imagen fue mi mamá”, lamentó, aunque, tiempo después fue extorsionado a la manera tradicional:
“Una de las aplicaciones me mandó una foto y un video de unas mesas con armas y la silla del copiloto de un carro con armas y literalmente el mensaje decía que ya sabían dónde vivía y que iban listos a levantar mi casa a bala”.
Según explicó el mayor Julián Celi (Sijín), en declaraciones entregadas al medio citado, el actuar de los gota a gota denota un nulo respeto por la Ley colombiana o sus deudores. Y es que, en el proceso de cobranza, se “puede establecer todo un concurso de delitos. El primero es el acceso abusivo al sistema informático; violación de datos personales; concierto para delinquir, cuando se demuestra que hay una estructura criminal detrás, y están los delitos de extorsión, amenaza, injuria y calumnia”.
Tener una aplicación en su teléfono podría meterlo en problemas o deudas millonarias; incluso, sin haber solicitado un préstamo. “Cuando el usuario descarga la aplicación, está dando los permisos o las credenciales de acceso para que esa aplicación, de forma local, capte los datos que hay en su celular”.
Con dar un vistazo o descargarlas en su teléfono, aplicaciones de préstamo podrían engancharlo:
Esta modalidad fue identificada en agosto del 2023 por Liliana Zambrano, de la dirección jurídica de legaltech y experta en seguridad, en diálogo con Infobae Colombia aseguró que: “se vienen identificando estas aplicaciones, también conocidas como apps, que les están diciendo (a quienes necesitan prestamos): instálenla (nuestra app) y se da cuenta de la información. Entonces la persona lo que haces es instalar la app y cuando se da cuenta ya tiene un malware en su teléfono”.
En concreto, los prestamistas “Le dicen a una persona que le consignaron y con sus datos básicos a muchos les están haciendo instalar aplicaciones y, al hacerlo, logran secuestrar su información. Se convierte en un ir y venir porque la persona lo que haces es, primero, tratar de resolver su situación financiera devolviendo la plata, pero, después lo que hacen es un hackeo de su información o de su cuenta bancaria”.
INFOBAE