Según el Código Disciplinario de la FCF, el cuadro Poderoso debe hacerse responsable de los actos de su hinchada y en dado caso de clasificación a cuadrangulares, el “chistecito” les saldría bastante caro
Durante el reciente encuentro entre Independiente Medellín y Atlético Nacional, el cual concluyó con un empate 2-2 en el Estadio Atanasio Girardot, los jugadores del cuadro visitante vivieron un momento de incertidumbre e inseguridad al ser atacados con diferentes objetos lanzados desde las tribunas.
Este juego se destacó tanto por su intensidad competitiva como por incidentes problemáticos entre aficionados y jugadores, incluyendo un episodio violento en el que un objeto punzante fue lanzado desde las gradas, el cual terminó impactando al volante uruguayo Pablo Ceppelini.
Este comportamiento de algunos seguidores del Poderoso empañó el cierre del evento. Al momento de intentar ejecutar un tiro de esquina, Ceppelini fue impactado en la cabeza por el mango de una navaja. Este suceso generó inmediata preocupación y críticas hacia las medidas de seguridad implementadas en el recinto deportivo.
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Ataque a Pablo Ceppelini con una navaja en el clásico paisa entre Medellín y Atlético Nacional – crédito Win Sports
La seguridad en eventos deportivos vuelve a estar en el centro de atención tras el preocupante incidente con Ceppelini. El incidente pasará entonces a la evaluación de la Comisión Disciplinaria de la Dimayor y de su investigación se determinará el castigo al que tendrá que atenerse Medellín por lo acontecido.
La millonaria multa que tendría que pagar Medellín por el ataque a Ceppelini
No obstante, y a pesar de que la institución reguladora del FPC todavía no se ha pronunciado al respecto, teniendo en cuenta lo establecido en el Código Disciplinario Único de la Federación Colombiana de Fútbol, se puede prever la sanción que recibirá el conjunto Poderoso.
Según detalla el código, los clubes son responsables de la conducta de sus espectadores y si estos, cuando se pueda demostrar su culpabilidad, incurren en una infracción, será la institución la que termine “pagando los platos rotos” por lo acontecido.
Dentro de los artículos, el lanzamiento de objetos o la demostración de actos de violencia en contra de otras personas, es considerada una infracción en el código.
“Se considera conducta impropia, particularmente, los actos de violencia contra personas o cosas, el empleo de objetos inflamables, el lanzamiento de objetos, el despliegue de pancartas con textos de índole insultante, los gritos injuriosos y la invasión del terreno de juego”, menciona el Código Disciplinario de la FCF.
Una vez confirmada la infracción, su peso y consecuencias llevan también a castigos más severos. Menciona el documento que si existe daño a las instalaciones o a las personas derivado de la infracción, el club podría estar recibiendo la suspensión de su plaza entre dos a cuatro fechas y el pago de hasta 12 salarios mínimos mensuales legales vigentes.
“Si como consecuencia de la conducta anterior, se derivare daño a las instalaciones o a las personas la sanción será de dos (2) a cuatro (4) fechas de suspensión y multa de diez (10) a doce (12) salarios mínimos mensuales legales vigentes al momento de la infracción sin perjuicio de la obligación de indemnizar los daños causados”, determina el documento.
Serían entonces aproximadamente 15 millones de pesos los que tendría que sacar el cuadro Poderoso de su caja para pagar por lo acontecido en el clásico paisa. Además, como si fuera poco, en caso de clasificación a cuadrangulares semifinales de este torneo apertura, tendrían que jugar sin público en todos sus partidos de local (si los sancionan con cuatro partidos).
Ahora, solo queda esperar a la determinación de la Comisión Disciplinaria a que tome los correctivos necesarios para que estas acciones no salgan impunes en el Fútbol Profesional Colombiano.
Dentro del recién ejecutado Comité de Convivencia en el Fútbol, las principales autoridades del deporte colombiano establecieron puntos de trabajo para desaparecer este tipo de actos por completo de los estadios.
INFOBAE