El próximo jefe de Estado, que se posesiona en julio, aseguró en campaña que repatriará a los migrantes respetando sus derechos humanos
En la noche del domingo 5 de mayo el Tribunal Electoral en el hermano país centroamericano declaró como presidente electo al derechista José Raúl Mulino, que entre sus promesas de campaña estuvo la de clausurar el paso en la frontera con Colombia, en la inclemente selva, ante la crisis migratoria.
“Vamos a cerrar Darién y vamos a repatriar a todas estas personas como corresponde, respetando los derechos humanos”, citaron en la BBC de una de sus intervenciones durante sus correrías en Panamá.
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En la versión en español del medio británico indicaron que el próximo mandatario centroamericano, que se posesionará en julio, aseguró que podría lograr atajar a los migrantes porque conoce la zona y asegura que así lo hizo con los guerrilleros de las extintas Farc durante su gestión como ministro de Seguridad en 2010, durante la administración de Ricardo Martinelli, quien precisamente le brindó su respaldó en estas elecciones.
De acuerdo con las autoridades panameñas, con corte a febrero de este año, por la selva cruzaron de forma irregular 68.400 migrantes, es decir un 33 % más que en el mismo periodo de 2023, cuando pasaron 45.727 seres humanos en busca de cumplir con el sueño estadounidense, con lo que se volvió a batir récords.
De acuerdo con Mulino, que ha tenido polémicas declaraciones en el pasado, la frontera entre México y Estados Unidos se “corrió” a la de su país con Colombia.
El también exministro de Relaciones Exteriores se hizo elegir con la promesa de que su nación vuelva a tener un auge económico como el de hace una década.
“Panamá volverá a brillar económicamente como lo hicimos en el Gobierno de Martinelli”, fue uno de sus constantes frases en campaña.
Mulino se consagró como el candidato presidencial con un respaldo superior al 30% de los votos, validando así las proyecciones de múltiples encuestas que lo señalaban como el favorito. Este acontecimiento se dio tras reemplazar repentinamente a Martinelli, quien quedó fuera de la contienda electoral por un escándalo de corrupción.
Previo a su victoria en las elecciones, el recién electo mandatario prometió retomar los “buenos tiempos” del gobierno de su mentor político, a quien hizo una visita el domingo en la sede de la Embajada de Nicaragua en Panamá, donde Martinelli busca refugio de la justicia.
Este domingo, unos 3 millones de ciudadanos panameños fueron llamados a votar para elegir no solo al presidente y vicepresidente sino también a 20 diputados al Parlacen, 71 a la Asamblea Nacional (AN), 81 alcaldes, 701 representantes de corregimiento y 11 concejales, junto con sus respectivos suplentes, para el periodo que inicia el 1 de julio de 2024 y finaliza el 30 de junio de 2029.
El pasado 5 de marzo, Mulino fue oficializado como el candidato del partido “Realizando Metas” (RM) luego de que Martinelli fuera descartado como candidato a la presidencia por el Tribunal Electoral (TE), debido a una condena de más de 10 años de cárcel por lavado de dinero.
Mulino, de profesión abogado y exministro, apodado “Stalin Mulino” por su semejanza con el líder soviético, completó su formación en Derecho y Ciencias Políticas en 1982 en la Universidad Santa María La Antigua (USMA) y obtuvo un máster en Derecho Marítimo en Tulane University (Nueva Orleans) en 1983.
Desde 1988, trabajó en el ámbito legal como cofundador del bufete Fábrega, Molino y Mulino, desvinculándose en 2015.
Fue figura clave en la Cruzada Civilista contra el general Manuel Antonio Noriega, derrocado y detenido por fuerzas estadounidenses en diciembre de 1989.
En el gobierno de Guillermo Endara, asumió primero como viceministro y posteriormente como ministro de Relaciones Exteriores tras el fallecimiento de Julio Linares.
En 1994, se convirtió en el primer canciller panameño en visitar Rusia, marcando 90 años de relaciones diplomáticas. Completó su carrera pública como magistrado suplente de la Corte Suprema de 1994 a 1996.
Casado con Maricel Cohen desde 1985, es padre de cuatro hijos y abuelo de igual número de nietos.
Durante la presidencia de Martinelli, fue nombrado ministro de Gobierno y Justicia y luego de Seguridad Pública, destacándose su gestión durante las protestas de Bocas del Toro en 2010, las cuales resultaron en enfrentamientos graves.
Al inicio del mandato de Juan Carlos Varela, se le acusó de corrupción en el caso Finmeccanica, siendo detenido preventivamente. Esta causa fue desestimada en 2017.
En 2018, Mulino perdió en las primarias de Cambio Democrático (CD) frente a Rómulo Roux, quien también se postula a la presidencia en los comicios de mayo.
Mulino ha declarado que en caso de ser electo, “ayudaría” a Martinelli “como corresponde de acuerdo a la ley”, tras la negativa del actual gobierno de otorgarle un salvoconducto para viajar a Nicaragua.
INFOBAE