“En su afán por confrontar a Estados Unidos los sandinistas se alían con cualquier régimen, sin importarles sus credenciales”, advierte a Infobae un especialista en seguridad
“Nicaragua se ha convertido en un polvorín en las costillas de Estados Unidos”, afirma el analista político nicaragüense, Eliseo Núñez, al comentar las declaraciones la embajadora de Israel en Costa Rica, Mijal Gur Aryeh, quien aseguró que Hezbollah y grupos radicales iraníes tienen bases en Bolivia, Nicaragua y Venezuela.
La embajadora de Israel dijo en entrevista al nicaragüense diario La Prensa que Nicaragua se convirtió en una base del terrorismo en Centroamérica por la cercanía de Irán con el régimen Ortega-Murillo.
Tras la declaraciones de la embajadora Mijal Gur Aryeh, la abogada Marta Nercellas dijo al diario La Prensa que Argentina podría extender sus investigaciones a Nicaragua sobre los atentados terrorista que ha sufrido.
Nercellas es investigadora en temas de terrorismo y querellante en el atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994, acción terrorista que se le atribuye a Hezbollah.
“Yo veo posible que futuros hallazgos den pistas sobre Nicaragua. Creo que acá hay muchos elementos que se procura que no sean públicos para no producir temor en la población, que es justamente, uno de los objetivos del terrorismo. Pero se detectaron personas que se movían con pasaportes falsos y que no pudieron explicar hacia dónde iban”, señaló Nercellas en la entrevista al diario nicaragüense.
Hezbollah es una organización chiita fundada en 1982 en el Líbano con el apoyo de Irán, como respuesta a la invasión israelí del sur del país. Su nombre significa “Partido de Dios” en árabe. Combina una faceta política, social y militar, operando tanto como partido político dentro del sistema libanés, como fuerza terrorista.
Varios gobiernos y organizaciones internacionales, como Estados Unidos, la Unión Europea, y la Liga Árabe, consideran a Hezbollah como agrupación terrorista debido a su implicación en numerosos atentados, incluidos ataques suicidas, secuestros y bombardeos contra civiles, fuerzas militares y objetivos diplomáticos.
Núñez dice que el apoyo al terrorismo ha sido “un denominador común” del Frente Sandinista, el partido que preside Daniel Ortega, actualmente en el poder, y recordó que, en los años 80, la llamada “revolución sandinista” albergó a miembros de la organización terrorista española ETA y a otros de la Brigadas Rojas italianas.
“De hecho, Alessio Casimirri todavía vive en Nicaragua y es protegido del gobierno actual de Ortega”, dice. Casimirri es prófugo de la justicia italiana que lo condenó a seis cadenas perpetuas por el secuestro y asesinato del primer ministro italiano, Aldo Moro, en 1978.
Nicaragua es clave para los movimientos palestinos y los movimientos árabes, considera el analista, y asegura que el operador sandinista en la zona de Medio Oriente es Mohamed Farrara Lashtar, sobrino del fallecido dictador libio Muamar Gadafi, y representante de Nicaragua en África y Medio Oriente.
“Ellos tienen a Lashtar como embajador en todos estos países y es muy probable que él les facilite el tránsito hacia Nicaragua para obtener algún tipo de protección cuando los están buscando”, explica Núñez.
En 1993 se produjo el primer atentado contras las Torres Gemelas de Nueva York cuando detonó una furgoneta cargada de explosivos en el estacionamiento subterráneo de los edificios. A uno de los detenidos se le encontraron varios pasaportes nicaragüenses.
Una investigación del FBI determinó que unos mil pasaportes encontrados en las investigaciones habían sido emitidos por el gobierno de Ortega entre febrero y abril de 1990, dos meses antes de la entrega del poder a la presidenta Violeta Barrios de Chamorro, quien derrotó a Ortega el 25 de febrero de 1990 y asumió la presidencia el 25 de abril de ese mismo año.
Para un especialista en seguridad consultado por Infobae “Nicaragua es un factor de riesgo en la región centroamericana por el tipo de Estado en el que se ha convertido, un estado policial que hace uso indiscriminado de la violencia en contra de la sociedad nicaragüense y por las alianzas autocráticas que está construyendo con diferentes países en el mundo que alientan el terrorismo”.
“En su afán por confrontar a Estados Unidos los sandinistas se alían con cualquier régimen, sin importarles sus credenciales”, añade.
Algunas conexiones alarmantes que el régimen de Daniel Ortega ha establecido durante sus 17 años de gobierno son:
Rusia. El 6 de abril de 2017 se inauguró en Managua, capital de Nicaragua, la estación satelital terrestre rusa Glonass, el equivalente ruso al Global Positioning System (GPS).
Glonass fue creado en 1982 y al igual que el GPS, el sistema ruso nació por interés militar en el contexto de la Guerra Fría, es alimentado por satélites y permite determinar la posición y la velocidad de los receptores de sus señales. Rusia tiene cuatro estaciones terrestres en Brasil, tres en la Antártida, una en Sudáfrica y una en Nicaragua. La primera estación fuera de Rusia se instaló en Brasilia, en 2013, bajo la presidencia de Dilma Rousseff
También funciona en Managua el centro de procesamiento de información en Cerro Mokorón, considerado uno de los espacios más sofisticados operados bajo la supervisión directa de agencias de inteligencia rusas.
Irán. El régimen de Daniel Ortega ha establecido una estrecha alianza con Irán, un país acusado de promover el terrorismo. Entre otras personalidades iraníes, el fallecido presidente persa, Ebrahim Raisí, visitó Managua en junio de 2023.
Según un informe filtrado a The New York Times, una delegación iraní, encabezada por el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Hossein Amir Abdollahian, se reunió a principios de febrero de 2023 con altos oficiales del ejército de Nicaragua para discutir la posibilidad de una cooperación militar
Según el informe, los comandantes le dijeron a Amir Abdollahian que Nicaragua se oponía a los “percibidos esfuerzos estadounidenses por expandir su influencia en América Latina y expresaron tener la voluntad de comprometerse con Teherán y otros países con ideas afines”.
Palestina. El régimen de Daniel Ortega en Nicaragua evitó referirse oficialmente a los ataques de Hamas contra Israel en octubre de 2023 y, al contrario, abundó en gestos de solidaridad con Palestina, de quien dice “lucha por su liberación”.
La posición de Ortega se explica por una antigua relación con Palestina, los compromisos que Nicaragua ha establecido con Irán y un discurso “antiimperialista”, consideró un analista político consultado por Infobae.
“El Frente Sandinista (partido que dirige Ortega), mantienen una relación de cooperación e identidad política con los movimientos palestinos desde que los sandinistas eran guerrilla. Varios históricos guerrilleros sandinistas fueron entrenados por los palestinos”, explica la fuente que pidió no se mencionara su nombre.
Augusto Zamora, ex embajador de Ortega en España y cercano al régimen, en un artículo titulado “Hamás marca el camino”, publicado en El 19 Digital, un medio de propaganda de la dictadura, afirmó que “Hamas les ha devuelto orgullo y dignidad, maltratadas después de medio siglo de fracasos. Más importante aún: les ha hecho ver que Israel no es invencible; que se le puede atacar y hacer daño. Que es posible vencer al enemigo sionista. Hamas les ha devuelto, en un golpe espectacular, la esperanza en la victoria”.
Afganistán. La dictadura de Nicaragua anunció en junio de 2024 la apertura de relaciones diplomáticas con el Emirato Islámico de Afganistán, gobernado por el Talibán desde 2021. El régimen sandinista es el único país de las Américas y el quinto a nivel mundial en designar un embajador ante el gobierno Talibán.
Afganistán es gobernado por un régimen teocrático. Estados Unidos ha determinado que los talibanes son Terroristas Globales Especialmente Designados (SDGT) según la Orden Ejecutiva 13224.
“Países como Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica y Panamá deberían encender sus alertas y pronunciarse. Nicaragua está abriendo las puertas de par en par a un estado terrorista, que desprecia la libertad, la democracia y los derechos humanos” señaló el exembajador de Nicaragua ante la OEA, Arturo McFields.
Venezuela. Daniel Ortega ofreció a finales de agosto de este año enviar “combatientes sandinistas” para apoyar al Ejército de Venezuela en caso de que ocurra lo que denominó una “contrarrevolución armada”, luego de las protestas por el fraude electoral del 28 de julio.
El ofrecimiento de Ortega se produjo durante la cumbre virtual con jefes de Estado de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). “Tengan la seguridad que si se llegara a esa batalla van a contar con combatientes sandinistas acompañándolos en esa batalla”, afirmó en tono alterado, mientras a su lado, Rosario Murillo, su esposa y vicepresidente del país, sonreía y aplaudía para mostrar su aprobación.
“Israel tiene información sobre lo que está pasando en Nicaragua, sin embargo, ellos creen que la presencia de terroristas en Nicaragua es un problema más de los Estados Unidos, porque está en su propia región, que de ellos mismos”, señala el analista Eliseo Núñez.
Dice que, por ahora, Nicaragua es “un polvorín” que puede convertirse en base de operaciones terroristas “en un mundo mucho más tenso”.
“Aparentemente, el estamento militar estadounidense todavía no le pone gran atención al caso Nicaragua”, indica Núñez. “Todavía para ellos les parece insignificante y el comando sur continúa teniendo excelentes relaciones con el Ejército de Nicaragua, que, en este caso, el Ejército de Nicaragua es cómplice de todo esto que está pasando”.
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