Dario Villagrasa se presenta oficialmente como Secretario General del PSOE en Aragón.
Por José Luis Ortiz Güell
El 24 de octubre de 1982, la Plaza de la Misericordia en Zaragoza vivió uno de esos
momentos que marcan un antes y un después en la memoria colectiva de una generación. El
mitin de Felipe González, en el que pronunció un discurso cargado de emoción, de esperanza
y de promesas de cambio, no solo movilizó a miles de personas, sino que desbordó los límites
de la política convencional. Los asistentes, emocionados hasta las lágrimas, no solo aplaudían
a un líder, sino a una idea, a una ilusión de un futuro mejor. Ese acto, simbólico y
transformador, ha quedado grabado como un hito de la historia política reciente de España.
Hoy, años después, nos encontramos con una presentación muy diferente: Diario Villagrasa,
que si bien no cuenta con la misma envergadura histórica ni la carga emocional de aquel acto
de 1982, se erige como un símbolo del cambio, la reflexión y la apertura de nuevos horizontes
en la política local. Pero, ¿cómo se comparan ambos momentos? ¿Cómo se puede medir la
fuerza de un mitin que marcó a una generación con la energía de un evento que ha alcanzado
la misma trascendencia?
Felipe González no solo habló en 1982; se convirtió en el portavoz de una ola de esperanza
que recorría el país. La España de aquel entonces salía de una dictadura, y la democracia, aún
joven, necesitaba figuras que la representaran con fuerza y convicción. González logró ese
reto con un discurso que resonaba con las ansias de cambio, con el deseo de dejar atrás las
sombras del pasado. La Plaza de la Misericordia se convirtió en un epicentro de emoción, y la
ovación que recibió, junto a las lágrimas de los asistentes, fueron prueba de que el pueblo
creía en la promesa de un futuro nuevo. No era solo política: era un mensaje de esperanza,
una luz en medio de la oscuridad de años difíciles.
El mitin no solo fue una puesta en escena de una ideología, sino de una conexión emocional
profunda. Aquella tarde de octubre no solo se aplaudió la figura de Felipe González; se
aplaudió la posibilidad de cambiar, de construir algo mejor.
Es hora de recordar a los grandes clásicos de la historia y como decía Marco Tulio Ciceron:
“Cuanto más alto estemos situados, más humildes debemos ser” y eso es algo aplicable a la
figura de Dario Villagrasa y en la actualidad son esos los liderazgos humildes la respuesta
que demanda una ciudadana que lo que realmente busca es más ética y compormiso o lo que
es lo mismo en una palabra romana y que no era otra que autoritas, pues más que nunca
precisamos dirigentes que sean como nosotros los sencillos ciudadanos .
La presentación de Diario Villagrasa, si bien, ocurre en un contexto completamente distinto
con una política actual marcada por la fragmentación, por el desencanto de una parte del
electorado y, sobre todo, por la necesidad de recuperar la confianza perdida en los grandes
partidos nacionales. Villagrasa, con su enfoque regional, con proyección nacional tiene la
oportunidad de inspirar una renovación y ofrece una nueva forma de hacer política que pueda
conectar con el pueblo desde la cercanía y la sensibilidad.
Un acto de presentación que estaba previsto para varios cientos de personas en un espacio
cerrado se ha tenido que trasladar al exterior porque ha quintuplicado el número de asistentes
esperados y a pesar de la inclemencia del día han decidido estar expectantes , cientos y
cientos de militantes frente a otros actos políticos en los que abundan puestos y cargos
políticos como suele ocurrir en la inmensa mayoría de los actos de diferentes actos políticos
de diferentes partidos políticos.
Esa ha sido una de las notas diferenciadas, pues si bien se han podido ver caras conocidas
más del 90 % , eran simpatizantes y militantes de Aragón.
Este ha sido una excepción que ha recordado esos días en los que Felipe González se
convirtio en un hito histórico.
Es innegable que la presentación de Villagrasa tiene un impacto local y regional y que
muestra que el poder de la política actual se construye desde propuestas concretas capaces de
llegar a todos los rincones del espectro político.
Si bien el acto de Felipe González en 1982 marcó el inicio de una nueva era, estoy
convencido , por lo que he podido ver y comprobar que esto va a ser el comienzo de un
nuevo hito, pues demuestra que el eco de la esperanza sigue vivo, pues no sólo ha superado
el desafio de emocionar desde una política de cercanía, coherencia y propuestas viables y ha
conseguido que durante minutos aplausos y lágrimas de emoción.
El presente que escribe lo puede certificar pues yo fui testigo silencioso de ese momento
cuando era un adolescente de 14 años en 1982, que acompañaba a sus padres y hoy he sido de
nuevo un testigo de excepción al acudir a este acto de presentación y lo que lo une a ese
momento es que es una figura puede ser capaz de aglutinar a esos votantes de izquierda como
al votante de centro-derecha que buscan un cambio hacia una política coherente y desde el
sentido común.
A mi lado estaba un hombre de 82 años y con lágrimas en los ojos me ha expresado:
“ hoy he recuperado la esperanza en un partido que siempre fue el partido de la gente
normal, de los pueblos y de las ciudades, pues he podido revivir lo que senti en 1982 en la
Plaza de la Misericordia de Zaragoza”, algo que lejos de la indiferencia , me ha llegado a
conmover y porque no reconocerlo , conmoverme hasta casi la lágrima.
De hecho Dario Villagrasa, a pesar de su juventud , pues con sus 32 años tiene una amplia
experiencia a sus espaldas.
Con 22 años fue el parlamentario más joven de la historia en las Cortes de Aragón y concejal
de su pueblo , Bujaraloz y con 26 años consiguió con una aplastante mayoría absoluta, la cual
mantiene actualmente.
Antes con apenas 16 fue el precursor del Festival de Cine de Bujaraloz en 2008 y del que
fue Director del mismo hasta el año 2015. Además fue uno de los pocos aragones que ha
recibido el Premio Mundial a la Excelencia Mundial Cesar Vallejo en la modalidad Civica ,
en 2023 , por una carrera que ha destacado en la honestidad y en el buen hacer en política.
Quizás para terminar este artículo lo haga con varias expresiones del acto de hoy:
“Muchos me han dicho que soy un Quijote, otros me acusan de ser teledirigido y otros de ser
joven. La única verdad de todas ellas es que soy joven.”
“Vengo a representar un tiempo nuevo basado en la honestidad con la memoria puesta en
aquellos hombres y mujeres que lucharon por los valores progresistas que el socialismo ha
defendido en España durante más de cien años”.
No puedo por menos que concluir este artículo con unas palabras que Felipe González
pronunció , allá por el año 1982:
“Porque gobernar no significa solamente estar atento a las curvas del camino; gobernar es
guiarse al mismo tiempo por el perfil del horizonte, tener bien claro un rumbo a largo plazo,
una perspectiva que otorgue pleno sentido a los afanes cotidianos. Gobernar es aferrarse con
ilusión y esperanza a ese rumbo, a sabiendas de las dificultades iniciales, a sabiendas de que
aunque no se alcance plenamente el horizonte debe bastarnos la humilde seguridad de que
cada paso correcto nos acerca a la meta de una España mejor para todos.
Nuestro horizonte como socialistas, con la responsabilidad de gobernar para todos los
españoles, es profundizar constantemente en las libertades de las personas y de los pueblos de
España. Ahora bien, como las polémicas recientes y el oscurantismo interesado que pueden
confundir a muchos, debo reafirmar que este horizonte pertenece a la vez al futuro y al
pasado, y es la reencarnación actual de valores de siempre, porque el proyecto viene a
revitalizar la solidaridad humana debilitada por el individualismo, por el egoísmo corporativo
y por la agresividad competitiva de grupos sociales muy concretos. Nuestro sentido del
cambio se proyecta hacia el futuro y se apoya en los valores más permanentes