El hombre intenta tener romances con mujeres, y si ellas no aceptan la relación, utiliza grupos sexuales para dañar su imagen como venganza
En Bogotá, un hombre de mediana edad estaría publicado fotografías de mujeres a las que no logra conquistar, a manera de venganza, en páginas porno y grupos sexuales de aplicaciones de mensajería instantánea, como WhatsApp y Telegram.
Así lo habría dado a conocer una de sus víctimas, en medio de una denuncia pública, pues no solo ella se ha visto afectada, sino también su pequeña hija, ya que las supuestas publicaciones en las que ofrece contenido o servicios sexuales se volvieron masivas.
La mujer, que por motivos de seguridad decidió no revelar su identidad, detalló en entrevista para el matutino de Arriba Bogotá que “tengo un ciberacosador. Un sujeto quiere dañar mi imagen, es un sujeto que es peligroso para la sociedad y no solamente acá en Colombia, él viaja mucho, de país en país, y ha vivido en California”.
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A pesar de conocerse hace más de dos décadas, él hombre no habría sentido ningún tipo de remordimiento al compartir sus fotografías con mensajes en los que especifica: “venta de contenido, videollamada. Presencial con adelanto o reserva”, según revelaciones del medio citado.
Es decir, junto a imágenes en las que se ve claramente el rostro de sus víctimas, ofrece en sitios –mayoritariamente para hombres, que contratan de manera frecuente servicios sexuales– contenido de tipo erótico, videochats para sesiones de sexting y encuentros casuales.
“Por eso quiero hacer saber que es una persona de acá del barrio, en quien todos los vecinos confiábamos. Nosotros nos conocimos hace 20 años acá en el barrio. Nunca ha habido una relación o nos dimos un beso o un abrazo, nada de eso. Solamente nos conocimos, hablamos y bailamos un rato”, aclaró la denunciante.
Sin embargo, no habría sido suficiente para el acusado, quien, al no saber cómo lidiar con el rechazo decidió tomar cartas para arruinar la vida de las mujeres que se niegan a seguir saliendo con él, tras una primera cita.
De momento, se desconoce si acaso logró engañar a hombres interesados en los servicios que ofrecía con fotografías de sus ligues fallidos, pero es probable; ya que, como se lee en uno de los chats, su modus operandi consistía en exigir un pago anticipado.
La mujer desconoce por completó por qué decidió tomar semejante reprimenda, cuando lo único que hicieron, además de cruzarse en el barrio, fue salir a tomar algo y bailar un par de veces, todo en el transcurso de una misma noche.
Pero, le preocupa que pueda hacer los mismo con otras mujeres, pues, una de las razone por las que decidió no seguir hablando con él, fue que agregó a prácticamente todas sus amigas a redes sociales y, al igual que a ella, les habló con intenciones claras de concretar una cita o encuentro:
“Hace 14 años nosotros nos hablábamos por Internet y él, muy respetuoso, muy amoroso, muy cariñoso, pero yo empecé a desconfiar de él, cuando empezó a enviarle una invitación de amistad a todas las amigas de mi Facebook. Muchas me decían que él les hablaba, y que siempre era muy intenso”, precisó.
El sujeto, al parecer, utiliza una fachada agradable, siempre respetuoso y atento con la persona que decide aceptar sus invitaciones, pero, tan pronto como deciden poner fin a sus encuentros cambia por completo de actitud, o al menos, eso es lo que sugiere la denunciante:
“Cuando se tornó intenso conmigo yo deje de hablar con él y pues, nada, él nunca me volvió a hablar más”, pero sí empezó a hacer publicaciones sobre ella, trayéndole dolores de cabeza, pleitos familiares y una temporada en la que, lo único para lo que ha tenido cabeza es encontrar qué medidas puede tomar para frenar el acoso.
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