El presidente de la República, a diferencia del conflicto entre Palestina e Israel, en el que se ha mostrado activo en sus redes sociales, no ha emitido pronunciamiento alguno por lo que sucede con el país vecino
La intención del régimen de Nicolás Maduro de impulsar un referendo para anexar la región del Esequibo, que es Guyana, al territorio de Venezuela, ha causado un clima de tensión. El dictador y su afán de buscar apoyo popular para dirimir esta controversia territorial ha sido condenada por políticos de la oposición, pese medidas que se conocieron para capturar a algunos de sus miembros, por “traición a la patria”.
Mientras eso sucede y la agitación política aumenta con el pasar de los días, ha llamado poderosamente la atención el silencio del presidente de Colombia, Gustavo Petro: que a diferencia de otros conflictos internacionales, como el que ocurre por ejemplo entre Israel y Palestina por el accionar del grupo terrorista Hamas, en el que se ha mostrado activo en sus apariciones públicas y redes sociales, sigue sin emitir una sola palabra.
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Petro, que viene de dar de qué hablar por sus controversiales afirmaciones durante la COP28, cumbre climática organizada por las Naciones Unidas en Dubái (Emiratos Árabes), en la que equiparó el accionar de las tropas israelíes con el ejército Nazi durante el holocausto de la Segunda Guerra Mundial, en este caso se destaca por su hermetismo con respecto al proceder de Maduro; que podría poner en riesgo la estabilidad de la región.
A esta evidente tensión, se suma el anuncio de EE. UU. de llevar a cabo ejercicios militares con el ejército de Guyana, lo que fue entendido como un gesto de respuesta ante las supuestas amenazas de Venezuela.
Iván Duque sí se despachó en contra de Nicolás Maduro
Contrario a la preocupación que ha generado en la clase política de Bogotá y Caracas, en un contexto en el que Maduro, con el fin de levantar sanciones económicas que tenían al borde del colapso, se había comprometido con Estados Unidos a garantizar el ejercicio político de la oposición. Esto ha generado no solo el rechazo de líderes políticos locales, como María Corina Machado y Leopoldo López, sino también del lado cafetero.
Uno de ellos ha sido el expresidente Iván Duque, de los primeros en rechazar las acciones de Maduro, las cuales calificó como un peligro para la región.
“Las amenaza del régimen de Venezuela, que pretende resolver una disputa territorial con Guyana de manera brutal y por la fuerza, es un peligro para la región”, manifestó Duque en su perfil de X (antes Twitter), en declaraciones que también replicó durante la Cumbre de Oriente Medio y África 2023, impulsada por el Instituto Milken.
Duque subrayó las semejanzas en el comportamiento de Maduro con el de Vladimir Putin en la crisis de Ucrania y mostró su respaldo al presidente de Guyana, Mohamed Irfaan Ali, así como a su población, en momentos en los que, desde su perspectiva, “los dictadores quieren menoscabar el territorio y la identidad de una nación”.
“Es una dictadura tratando de invadir a país más pequeño y democrático para quedarse con las riquezas de la región del Esequibo, donde Guyana ha ejercido soberanía por más de 100 años”, agregó el ex jefe de Estado, que durante su gobierno (2018-2022) no le tembló el pulso para romper cualquier canal diplomático y comercial con el régimen venezolano, por lo que señaló era la violación de derechos humanos.
Asimismo, las críticas también provienen del representante a la Cámara Andrés Forero, del Centro Democrático, que no solo condenó la postura de Maduro como el silencio de Gustavo Petro, sino que comparó la situación con la Guerra de las Malvinas y la actitud de las juntas militares argentinas, al sugerir que los dictadores recurren a conflictos internacionales para desviar la atención de los problemas domésticos y fomentar el nacionalismo.
Es claro que las acciones del dictador pondrían en evidencia la fragilidad de las relaciones en la región y la relevancia histórica del territorio del Esequibo, el cual ha estado bajo soberanía de Guyana por más de un siglo y posee considerables riquezas. Hay quienes coinciden que este asunto afectan no solo a Venezuela y Guyana, sino que está poniendo en entredicho la viabilidad de la política exterior de Colombia.
INFOBAE