La investigación, que se centró en el desempeño futbolístico de un pequeño grupo de participantes, analizó cómo esta bebida estimulante afectaría algunos aspectos relacionados con la dinámica del juego
La cafeína, el principal componente del café, tiene múltiples efectos en la salud de las personas. Dado que su influencia también abarca las funciones cognitivas superiores, un equipo de científicos ha estudiado su impacto en la toma de decisiones.
El estudio, realizado en Irán, reveló que el consumo de cafeína antes de un partido puede mejorar la precisión en los pases cortos y largos en futbolistas, pero podría perjudicar el juego táctico. La investigación abordó cómo este estimulante afecta tanto la precisión del pase como la toma de decisiones durante el juego.
Los investigadores Pooya Soltani de la Staffordshire University, junto con Negar Jafari, de la Universidad de Shiraz, coordinaron una serie de pruebas con doce jóvenes futbolistas de entre 16 y 17 años para evaluar el impacto de la cafeína. Los participantes consumieron 3 miligramos por kilogramo de masa corporal de cafeína o un placebo y ejecutaron pasadas a corta (10 metros) y larga distancia (30 metros), además de ser evaluados en el Loughborough Soccer Passing Test, que analiza habilidades de pase, dribling, control y toma de decisiones.
Los resultados, publicados en la revista Behavioural Brain Research, mostraron que la precisión de los pases cortos y largos mejoró en un 1,67% y 13,48% respectivamente bajo el efecto de la cafeína, en comparación con el placebo. Sin embargo, la toma de decisiones se redujo en un 7,14% y los puntajes en el test mencionado disminuyeron en un 3,49% con la ingesta de cafeína.
Según los investigadores, este estudio sugiere que la cafeína podría afectar negativamente la ejecución de tareas más complejas en el fútbol. Advierten que no se debe evitar por completo la cafeína en los jugadores, pero recomiendan más investigaciones sobre sus efectos en la toma de decisiones estratégicas del juego.
Soltani señaló la importancia de la toma de decisiones en los pases y su influencia en la creación de oportunidades de anotación, por lo que la cafeína podría influir en estos aspectos y debería ser considerado por los entrenadores al diseñar los entrenamientos y estrategias de juego.
El estudio resalta que los efectos de la cafeína pueden variar según diferentes factores, como la dosis relativa al peso corporal del jugador, la frecuencia de consumo y la posición o el estilo de juego. Por ello, se sugiere que los efectos de la cafeína deben ser evaluados individualmente. “Por ejemplo, una ligera disminución en la precisión del pase podría ser crucial para un mediocampista, pero menos impactante para un portero”, explicó Soltani.
Los autores aclaran que estos resultados son preliminares, ya que el estudio tiene un tamaño de muestra pequeño, por lo que los hallazgos deben interpretarse con cautela.
Impacto del café en el rendimiento deportivo
Cada vez más investigaciones destacan el aporte del café en el rendimiento deportivo debido a los efectos de su componente principal, la cafeína, en el ejercicio físico. Es por ello que su uso está bastante extendido entre atletas de alto rendimiento.
Según una evaluación de la Sociedad Internacional de Nutrición Deportiva (ISSN), la cafeína mejora la velocidad de movimiento, la fuerza y resistencia muscular, el rendimiento en carreras de velocidad, saltos y lanzamientos, así como una amplia gama de acciones aeróbicas y anaeróbicas específicas del deporte.
El informe de la ISSN detalla que la cafeína mejora el rendimiento en el ejercicio cuando se consume en dosis de 3 a 6 mg/kg de masa corporal. En ese sentido, por ejemplo, una persona de 70 kg puede consumir de 210 a 420 mg (entre dos y cuatro tazas de café).
Por su parte, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) indica que la una lata de 12 onzas (355 ml) de refresco con cafeína por lo general contiene de 30 a 40 miligramos de cafeína; una taza de 8 onzas (237 ml) de té verde o negro, de 30 a 50 miligramos, y una taza de 8 onzas (237 ml) de café, entre 80 a 100 miligramos.
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