La radicalización en la narración del conflicto de Gaza por parte del mandatario y sus asesores alimenta el temor por posibles ataques de lobos solitarios vinculados al grupo terrorista. Los expertos advierten de una creciente convergencia entre la extrema izquierda y el extremismo islámico
La escalada entre Brasil e Israel no se acaba. Lula no sólo no se disculpó por comparar los ataques a Gaza con el Holocausto, sino que el viernes dijo que su entrevista en Etiopía fue malinterpretada e insistió en acusar a Israel de genocidio. “Si esto no es genocidio, entonces no sé lo que es genocidio”, afirmó.
Precisamente por asociar a Israel con el Holocausto de Hitler, Lula había recibido elogios de Hamas en un comunicado oficial de lo que en Occidente se considera una organización terrorista y en Brasil no lo es, al igual que Hezbollah y su brazo militar.
Ayer, el asesor de política exterior de Lula, Celso Amorim, apretó aún más el acelerador. En una entrevista concedida al diario Folha de São Paulo sobre la exigencia de disculpas por parte de Israel a Lula, Amorim respondió que Israel “puede seguir pidiéndolas. No las recibirá. No tenemos nada por lo que disculparnos. Es el Estado de Israel el que debe disculparse.” Amorim en su prefacio al libro, publicado el año pasado, “Comprometiéndose con el mundo: la construcción de la política exterior de Hamas (”Engaging the world: the construction of Hamas foreign policy” en inglés), del investigador británico Daud Abdullah había escrito que se sentía “animado” por las palabras del autor de que “Hamas podría desempeñar un papel central en la restauración de los derechos de los palestinos”. Hamas, recordemos, pide en su estatuto la destrucción del Estado de Israel y la implantación de la sharia, la ley islámica.
Por otro lado, no hubo ningún comentario, ni de Lula, ni de Amorim, ni siquiera del Tribunal Superior Electoral (TSE), sobre la reunión en Qatar de Rui Costa Pimenta, presidente del Partido de la Causa Obrera (Partito da Causa Operária, PCO en portugués) con uno de los líderes de Hamas Ismail Haniyeh y las declaraciones que siguieron. El PCO apoyó a Lula en la campaña electoral. Inmediatamente después de la reunión con Haniyeh, Rui Costa Pimenta dijo en una entrevista a Al Jazeera que “en Brasil muchas personas y partidos políticos piden que se corten las relaciones diplomáticas con Israel por lo que está ocurriendo en Gaza. Mucha gente del partido del presidente también pide que cortemos las relaciones diplomáticas”. Pimenta continuó afirmando que apoya “la lucha armada en Palestina”.
“Israel sólo entiende el lenguaje de la fuerza, por eso apoyamos incondicionalmente a la resistencia en Gaza”, declaró. Tampoco faltaron comentarios positivos sobre Hezbollah, que “desempeña un papel crucial ayudando a los palestinos en su lucha contra el sionismo” según Pimenta. En un canal de Telegram llamado “PCO, Partido da Causa Operária” también se incita a la muerte de judíos. “Que no quede ni un judío, ni un judío estadounidense, ni un israelí vivo en este mundo”, reza un mensaje compartido por el grupo, que también se nutre intensamente de la propaganda rusa, cuyas estrategias incluyen abrazar causas políticas en países donde quiere promover sus intereses, como Brasil.
“Con sus declaraciones sobre el Holocausto, Lula ha empoderado a muchos extremistas que se han sentido autorizados a cruzar una línea roja que el propio presidente ha traspasado”, explicó a Infobae Michele Prado, investigadora de la Universidad de San Paulo (Grupo de control del debate político digital), fellow da Social Change Initiative y fundadora de Stop Hate Brasil. “Desde los hechos del 7 de octubre, Brasil vive un tsunami de antisemitismo sin precedentes en el debate público. Todo esto tiene un efecto en la radicalización contra las comunidades judías, pero también en la polarización política” afirmó Prado.
Efecto en las redes sociales
La narrativa de Lula ha desencadenado un gigantesco efecto eco en las redes sociales, que resulta preocupante y a veces incluso paradójico. Quienes, por ejemplo, crearon el hashtag para defender al presidente por sus declaraciones sobre el Holocausto #LulaTemRazão (#LulaTieneRazón) probablemente no se dieron cuenta de que se estaban haciendo eco de uno de los eslóganes más famosos del fascismo, a saber, “Mussolini ha sempre ragione” (”Mussolini siempre tiene razón”), que hizo furor en Italia durante la época del dictador italiano. Incluso una diplomática del gobierno de Lula en Omán afirmó en un vídeo en X que “los sionistas no respetan el Holocausto y utilizan estratégicamente este triste episodio de la historia de la humanidad, apropiándoselo como defensa sólo para cumplir su propia agenda estratégica de robar la tierra y la riqueza de otros pueblos”.
“Aquí en Brasil están circulando muchos vídeos de propaganda de Hamas, algunos abiertamente falsos, a menudo difundidos junto con propaganda rusa” explicó Prado a Infobae. “Además de Hamas, hemos observado un crecimiento exponencial de la apología de Hezbollah e incluso de los Houthíes y sus acciones. Se ha creado una burbuja, formada por unos 2.000 perfiles en las redes sociales, que une a la extrema izquierda y al extremismo islámico”.
En las redes sociales de los pro-palestinos en Brasil, hashtags como #Nazisionismo #IsraelNewnazism #Israelwarcriminals #Gazagenocidio han sido despejados, junto con la redifusión de posts de individuos acusados de terrorismo. Es el caso, por ejemplo, de los tuits de Sami Al-Arian, condenado en 2006 a 57 meses de prisión, que circulan tranquilamente por las redes sociales brasileñas. La declaración del Departamento de Justicia de Estados Unidos emitida en 2006 con ocasión de su detención afirma que “Al-Arian admitió que, durante el período comprendido entre finales de la década de 1980 y principios y mediados de la década de 1990, él y otros sospechosos estuvieron asociados con la Yihad Islámica Palestina (PIJ en inglés). También admitió haber prestado diversos servicios a la PIJ en 1995 y posteriormente, a pesar de saber que la PIJ había sido designada organización terrorista por Estados Unidos y estaba implicada en actos de violencia horribles y mortíferos. Estos servicios incluían la solicitud de beneficios de inmigración para individuos asociados con PIJ, la ocultación de la identidad de individuos asociados con PIJ y la asistencia a un individuo asociado con PIJ en procedimientos judiciales estadounidenses. En la sentencia dictada hoy, el juez Moody calificó a Al-Arian de ‘maestro manipulador’ y ‘líder de la Yihad Islámica Palestina’”. Tampoco faltan los tuits celebrando el “martirio” de dirigentes de Hamas como Saleh Al-Arouri en los que se afirma que “los dirigentes de Hamas son mártires y la resistencia no será detenida por el terrorismo sionista y la complicidad de Estados Unidos”.
Temor a los lobos solitarios
Esta radicalización en la narración del conflicto de Gaza, unida al desconocimiento de la historia que está aflorando en el debate público en las últimas semanas, podría costarle caro a Brasil, y dar lugar a posibles acciones violentas de lobos solitarios que podrían tener como objetivo las comunidades judías y la sociedad civil en la que están integradas. Además, en Canadá la alerta ya ha sido dada por las autoridades antiterroristas (Integrate Terrorist Assessment Centre, ITAC). “Estamos viendo un lenguaje que está enardeciendo a la gente”, dijeron las autoridades canadienses. “La preocupación es que la retórica que estamos viendo pueda inspirar a alguien a actuar”.
Brasil lleva décadas atrayendo a Hamas. Said Dukhan, hijo de uno de los fundadores de la organización terrorista, Abd al-Fattah Dukhan, responsable de la primera Intifada contra Israel de 1987 a 1993, estuvo casado durante 20 años con una brasileña de Criciúma, en el estado de Santa Catarina, convertida al Islam con el nombre de Umm Abdo. Uno de los hermanos de Said, Tariq, era miembro del brazo armado de Hamas, la Brigada Izz al-Din al-Qassam y es considerado un “mártir” por la organización terrorista. Divorciada de su marido, acusado de agresión, como informó la prensa brasileña, la mujer optó por permanecer en Gaza y no ser agregada al grupo de palestinos y brasileños repatriados hace unos meses. Hace diez años, había dicho en una entrevista a los medios de comunicación brasileños que la liberación de Palestina dependía de la resistencia de sus habitantes.
“En Brasil el presidente del Instituto Brasil-Palestina (IBRASPAL) Ahmed Shehadeh, o Ahmad Shehada, brasileño nacionalizado, es hermano de Salah Shehadeh, uno de los fundadores de Hamas y comandante de las Brigadas Al Qassam, brazo armado de Hamas (hasta su muerte a manos de las Fuerzas de Defensa israelíes en 2002). Desde nuestro observatorio Ahmad Shehada publica mucho material pro-Hamas online” dijo a Infobae Michele Prado. Según CNN Brasil en marzo del año pasado Ahmed Shehadeh fue detenido en Panamá y posteriormente deportado a Brasil. “Me encarcelaron sin motivo. Soy víctima de persecución por mi origen palestino”, declaró a CNN.
En 2021, algunos miembros del Partido de los Trabajadores, el PT, firmaron una nota oponiéndose a la clasificación de Hamas como organización terrorista. Entre ellos estaba Mohamad El-Kadri, brasileño de ascendencia libanesa y presidente del Forum Palestino Latino y de la Asociación Islámica paulista. Candidato en 2018 en San Pablo como diputado del PT de Lula, fue fotografiado con una bandera de las brigadas Al-Qassam, consideradas organización terrorista por la Unión Europea, Estados Unidos, Australia, Reino Unido e Israel. Declaró a la prensa brasileña que la bandera se la había regalado en 2006 una persona que visitó la organización en la que trabaja y que esa persona se la quitó después en una manifestación. Según un artículo de 2015 del sitio de noticias Agência Brasil, a Mohamad El-Kadri se le impidió entrar en Cisjordania en la Franja de Gaza para el Foro Social Mundial, junto con un periodista brasileño de origen palestino “con el argumento de que podrían suponer un riesgo para la seguridad de Israel”. Según informó Reuters para él “no existe Hamas en Brasil”.
Sin embargo, en 2011 se descubrió una red de apoyo y financiación a Hamas en el seno de la Fundación Holy Land. Registrada como una mera institución filantrópica con sede en Dallas (Estados Unidos), en realidad envió 12,4 millones de dólares a Hamas, para lo que también reclutó a personas en América Latina. La ONU la incluyó en su lista negra de organizaciones terroristas en 2001 y en 2008 sus directivos fueron condenados por la justicia estadounidense por 108 delitos, entre ellos financiación de actos terroristas y blanqueo de dinero. La mayor condena, 65 años de cárcel, fue para su fundador, Shukri Abu Baker, brasileño, que durante muchos años fue operativo de Hamás en Brasil. Y más atrás, en 2000, en Paraguay, en Ciudad del Este, donde vivía con una identidad falsa, fue detenido el palestino Salah Abdul Karim Yassin, pariente de uno de los fundadores de Hamas, Ahmed Yassin, sospechoso de ser experto en explosivos y de haber planeado un atentado, junto con una treintena de terroristas, para atacar las embajadas de Estados Unidos e Israel en la capital, Asunción.
Además, en 2005, un informe de los servicios secretos paraguayos afirmaba que cada año en la región de la Triple Frontera, que incluye Brasil, Paraguay y Argentina, se recaudan unos 20 millones de dólares para financiar tanto a Hezbollah como a Hamas. Casi 20 años después, la situación no ha mejorado, sino todo lo contrario.
Lo que las autoridades contra el terrorismo temen ahora es que, debido a la actual sinergia de intenciones entre Hamas y Hezbollah en Oriente Medio, Hamas pueda utilizar en Brasil las mismas redes de financiación y blanqueo que el “Partido de Dios” libanés. En concreto, han acabado en el ojo de los investigadores centros comerciales diseminados por todo el país, algunos de ellos en el centro de San Pablo, que se han convertido en auténticos focos de blanqueo de dinero para Hezbollah, más activo que nunca en el gigante latinoamericano, como también ha demostrado la operación Trapiche, que recientemente destapó una red vinculada a Hezbollah que quería cometer atentados en Brasil. La semana pasada, la jueza federal Raquel Vasconcelos Alves de Lima, del Tribunal Regional Federal de la 6ª Región (TRF-6), admitió la denuncia presentada por el Ministerio Público Federal (MPF) y acusó al sirio naturalizado brasileño Mohamad Khir Abdulmajid, actualmente prófugo, y al brasileño Lucas Passos Lima.
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