Por José Luis Ortiz Güell
La vida tiene curiosos caminos y rumbos y muchos son los senderos que
desde la introspección de las dudas que nos invaden y ahí está la música que
sirve como elemento de fe. El rock and roll ha servido y sirve para mostrar
los matices de fervor y que llevan hacia la fe y a espiritualidad.
Muchos artistas han sido los que han empleado esta vía para redimir almas y
alentar el espíritu de la fe entre ellos están U2 con canciones emblemáticas
como “Yahweh”, “Grace” o “Gloria”.
Otros como Patti Smith, madrina del punk ha llegado a afirmar que la
“musica es la comunicación directa con Dios”.
Hoy quiero centrarme en otra estrella del comprimoso y del amor hacia los
seres humanos que amaba la música y que le servía de cauce para ayudar a
los demás y hago referencia al párroco zaragozano que ha muerto por las
heridas y las quemaduras que sufrió a causa de una vela que prendió su
casulla.
Javier Sánchez , capellán del hospital Royo Villanova y vinculado con el
mundo cofrade de Zaragoza , párroco de San Gregori y consiliario de la
Cofradía de Humildad.
Una persona excepcional, sincera, comprometida, entrañable y cercano.
Como rockero tenía el mismo carisma que com persona y era un referente en
Zaragoza y en Aragón. La noticia ha supuesto un dolor generalizado dentro
de la población aragonesa y no ha pasado desapercibida a nivel de España.
Una persona atípica y especialmente altuista que celebrón un festival para
ayudar a inmigrantes de Perú y Ecuador.
Llego a zaragoza en 1978, con apenas quince años y estudió en el colegio
de Teresianas del barrio de Delicias. Venía de Madrid y su fe religiosa le llevó
primero a Andalucía para regresar al barrio de Delicias, en donde estudio
para ser párroco.
Un párroco que destacaba no sólo por ayudar a los demás sino por su
capacidad de dar sermones, con su ejemplo fuera del altar por esa vocación
que tenía por su labor misionera. Algo que llevaba a cabo por trabajar con
una ONG de NIcaragua y a la que iba frecuentemente para ayudar en un
entorno hostil para la fe pero sus ganas de ayudar a los más vulnerables
desde una inmensa humanidad hacía que siguiese en la brecha en el camino
de ayudar a los demás.
Tuve la posibilidad de hablar una pequeña charla en la primavera del 2022 y
hablando de los problemas que sufría la sociedad con cada vez más
personas vulnerables recuerdo su respuesta perfectamente que decía:
“Nuestra obligación como personas consiste en conseguir sueños imposibles.
Tenemos la obligación como seres humanos de entrenar mente y espíritu
para ser capaces de mantener la serenidad y la paz en mitad de las
tempestades.
Es muy necesaria la oración pero no es menos necesaria la acción y la
música tiene la utilidad de inspirar y ayudar al ser humano para comprender y
descifrar nuestro corazón. La pobreza no está ahí para que la lleguemos a
enterder, está para solucionarla”
Antes de despedirme recuerdó que comenté “ el día que no estés se te
echará mucho en falta” y él con una sonrisa llena de humanidad me dijo:
“La verdad que cuando muera no quiero que me recuerden, que me dejen en
paz ( con risas) que allá donde esté tendré mucho que hacer”.
Hoy ya no está entre nosotros y aunque no quería no podemos evitar seguir
recordando su persona, su fé, su humildad y su musica.