El sujeto señalado de la posible muerte del clérigo fue localizado en en aeropuerto de París gracias al trabajo de las autoridades colombianas y francesas
El alcalde de Pereira dio a conocer que el presunto responsable de la desaparición del sacerdote fue capturado en Francia – crédito rueda de prensa Alcaldía de Pereira
Las autoridades francesas detuvieron en París al principal sospechoso de la desaparición del sacerdote Darío Valencia Uribe, de quien se perdió el rastro el 25 de abril.
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El clérigo fue visto por última vez tratando de vender una camioneta Nissan Frontier, de propiedad de la parroquia María Auxiliadora en Pereira, Risaralda, y dejó de dar señales de vida tras encontrarse con el ahora detenido, identificado por las autoridades como Julián Cifuentes.
“Este señor se conoce con el nombre de Julián Eduardo Cifuentes Gómez, presunto responsable de la desaparición del párroco, quien de manera intempestiva el día de ayer (domingo 28 de abril) abordó un vuelo rumbo a París (Francia). En este momento ese señor está en el aeropuerto de París y allí las autoridades, gracias a un trabajo que se ha hecho desde la institucionalidad de Pereira, allí lo tienen retenido y está avanzando con celeridad la emisión de una boleta azul por parte de la Interpol y que ese señor sea extraditado a Colombia”, declaró el alcalde de Pereira Mauricio Salazar Peláez.
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La detención se produjo en el Aeropuerto Charles de Gaulle, luego de que la Seccional de Investigación Judicial y Criminal (Sijín) de la Policía Metropolitana de Pereira identificara al hombre mediante el análisis de cámaras de seguridad, demostrando su presencia en la camioneta del sacerdote en el momento de la desaparición.
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La rapidez con la que abandonó el país rumbo a Europa el último fin de semana despertó sospechas y aceleró las acciones de las autoridades locales, quienes con la colaboración de Interpol y la policía francesa, lograron su captura.
El alcalde de Pereira, Mauricio Salazar, reveló que el capturado, empleado en una estación de servicio de la zona céntrica de Ciudad Victoria, había abandonado abruptamente su trabajo unos días antes de la intervención policial. Ese detalle aumentó las especulaciones sobre su presunta responsabilidad en la desaparición del sacerdote Darío Valencia Uribe.
Ahora bajo custodia, se anticipa la deportación del detenido a Colombia, donde enfrentará cargos por el delito de desaparición forzada; sin embargo, tanto la familia del sacerdote, como sus amigos, la Diócesis de Pereira y la comunidad en general, claman por respuestas acerca del paradero de Valencia, si se encuentra con vida o qué fue lo que le ocurrió, especialmente después del hallazgo de su camioneta en un lavadero de carros en Viterbo, Caldas, con evidentes rastros de sangre y sin una silla.
La comunidad eclesiástica de Pereira ha mantenido una vigilia constante por la segura reaparición del padre Valencia, elevando oraciones en todas las iglesias de la jurisdicción diocesana.
Valencia, de 59 años y originario de Risaralda, Caldas, ha dedicado una vida al servicio religioso, desempeñándose como párroco en diferentes comunidades, así como rector del Seminario Mayor y la Universidad Católica de Pereira, dejando una huella indeleble en la comunidad religiosa y académica de la región.
La espera ansiosa por el retorno del padre Valencia continúa, mientras las autoridades avanzan en su investigación, esperando que la captura del sospechoso pueda finalmente arrojar luz sobre uno de los casos más desconcertantes que ha golpeado a la comunidad de Pereira y sus alrededores en años recientes.
Al respecto monseñor Rigoberto Corredor Bermúdez, obispo de la diócesis de Pereira dijo: “Nosotros tenemos mucha angustia e incertidumbre, la fe nos acompaña siempre por nuestra condición de hijos de Dios, pero sabemos que las horas que han pasado desde la desaparición forzada genera angustia por los datos que han entregado las autoridades: la aparición del vehículo, la descripción del mismo. Seguimos con la gente en oración, los líderes de las parroquias y la disposición de los sacerdotes”.
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