Para muchos, Willington Ortiz está en el podio de los mejores futbolistas colombianos de la historia. En esta entrevista, cuenta sus recuerdos y analiza el presente del equipo dirigido por Néstor Lorenzo
La selección argentina y su par de Colombia se volverán a ver las caras luego de 58 días de haber disputado la final de la Copa del América en los Estados Unidos. En aquel partido decisivo, el elenco nacional ganó 1-0 con el tanto de Lautaro Martínez en tiempo suplementario. Para los hinchas argentinos la alegría de aquella consagración se mantiene vigente y fue revalidada con la goleada sobre Chile por las Eliminatorias sudamericanas, mientras que en el país cafetero continúa la bronca y la tristeza de haber quedado en las puertas de la obtención de la segunda estrella en su historia.
“Hay un poco de morbo por lo sucedido en la final de la copa. Argentina ganó el título, pero Colombia quiere revancha”, sentencia Willington Ortiz, una de las grandes glorias del fútbol colombiano y sudamericano durante los años 70 y 80 en los que vistió los colores de Millonarios, Deportivo Cali y América de Cali.
El Viejo Willy se destacó por su excelente gambeta, habilidad, velocidad, potencia y buen manejo de ambas piernas. Fue el gran líder, conductor y referente de la selección colombiana entre 1972 y 1985; obtuvo el subcampeonato de la Copa América 75 y disputó cuatro eliminatorias, para los mundiales de Alemania 1974, Argentina 1978, España 1982 y México 1986.
Para muchos colombianos fue el mejor futbolista de la historia de su país, por encima de figuras de la talla de James Rodríguez, Faustino Asprilla y Carlos El Pibe Valderrama, entre otros. Además, fue considerado uno de los 20 mejores jugadores sudamericanos del siglo XX por la Federación Internacional de Historia y Estadística. “No quise ser un referente, sino que jugué al fútbol para ser feliz”, revela el ex futbolista, de 72 años, en diálogo con Infobae.
El ex delantero colgó los botines con 35 abriles, producto de una hernia discal que sufrió en un partido en la Argentina, dolencia que lo obligó a pasar por el quirófano y que lo fue retirando de a poco. “Tuve muchos traumas y caí en un cuadro depresivo del cual me costó salir”, cuenta Ortiz que, además, fue actor de televisión, congresista y entrenador de fútbol.
– ¿Qué es de su vida, Willington?
– Ya estoy retirado. Trabajo en las divisiones menores de Millonarios de Bogotá. Estoy tratando de manejar a los juveniles e infantiles para ir llevándolos a de a poco a la Liga Profesional de fútbol.
– ¿Cambió el trabajo que se hace con los juveniles en comparación con su época de jugador?
– Ha cambiado en cuánto al trabajo y a la fundamentación para los jóvenes, a quienes le exigen que sean más competitivos en todos los niveles, en cuanto a la parte de abajo y de arriba. Eso ha cambiado bastante, y se actualizó un poco más. El trabajo que se hace en los clubes es muy importante, porque se preparan para llegar a la Primera División de Colombia y luego intentan pasar a las diferentes ligas del mundo, para luego ser parte de la selección de Colombia. Por este motivo, es muy importante el trabajo que se hace en las divisiones menores a nivel de clubes en mi país.
– Justamente hablando de la selección de Colombia, ¿cómo observa al equipo comandado por Néstor Lorenzo?
– Muy bien, él está haciendo un trabajo excelente. Colombia es un equipo fuerte y con posibilidades de clasificarse al próximo mundial, sin dudas. En la última Copa América hizo un excelente trabajo, llegando a instancias finales. Nos ganó la selección argentina muy bien, porque tuvo más paciencia, se equivocó menos en los últimos minutos y se coronó campeón. Por eso, terminamos segundos. En el futbol, el que hace los goles es el que gana. La selección de Scaloni tuvo situaciones concretas para ganarlo y convirtió. Fue un partido parejo, pero Argentina tuvo puntería e hizo lo correcto,
– ¿Qué análisis hace del enfrentamiento entre Colombia y Argentina en Barranquilla?
– Hay un poco de morbo por lo sucedido en la final de la Copa América de Estados Unidos. Argentina ganó el título, pero Colombia quiere revancha. La selección de Lorenzo es un equipo fuerte, mereció ser campeón en la copa, pero no lo fue y quiere demostrar que tiene condiciones para ser primero en la tabla. El partido va a ser muy lindo y movido, ya que tiene ese morbo, porque uno ganó la final, pero el otro quiere demostrar que es mejor.
– ¿Para Colombia será una revancha?
– Sí, en el fútbol siempre hay revancha, más cuando se pierde. Colombia quiere una revancha bien futbolística. Hoy, Colombia está en condiciones de ganarle a la Argentina. Son los mismos jugadores de la última final y el mismo equipo. Argentina viene bien, pero Colombia tiene con qué, y con aspiraciones de ganar. Además, se está jugando la clasificación a la próxima copa y es importante terminar entre los primeros de la tabla para no tener problemas.
– ¿Sin Messi ni Di María es una ventaja para Colombia?
-No te lo podría asegurar, porque en la final de la Copa América 24 Messi jugó un tiempo y se lesionó. Resulta que sacaron a Messi y los que entraron resultaron siendo mejores, y terminaron ganando el partido. El fútbol es muy difícil de determinar en un momento que es lo mejor y lo peor.
– ¿Hoy lo ve a James Rodríguez cómo el máximo referente de la Selección Colombia?
– James anda bien en la selección, pero a nivel de clubes tiene que volver a jugar para hacerse importante. En la selección Mayor influye mucho y es muy importante. Lorenzo ha sido muy inteligente para ir llevándolo de a poco. Además, el entrenador evalúa que jugadores citar. La potencia y los hace jugar muy bien. Hay que agradecerle por lo que está haciendo y de la mejor manera.
– ¿Qué enfrentamiento recuerda con la selección argentina jugando, representando a su país?
– Recuerdo el partido por eliminatorias para el Mundial México 86 con Maradona en Bogotá. A Diego lo chiflaron mucho antes de ese partido, le tiraron un naranja y se puso a hacer jueguitos. Entonces, ese momento que era negativo lo convirtió en algo positivo. O sea, es un mensaje que le dio a la gente y al resto de los futbolistas, que de las cosas malas pueden salir cosas buenas. Por este motivo, tengo una foto con Maradona en mi WhatsApp.
– ¿Qué relación tuvo con Maradona?
– Éramos conocidos, no grandes amigos. Fue un jugador que impresionó siempre, y cuando nos veíamos, nos llevábamos muy bien. Tal vez, como persona no haya sido buena, pero como futbolista fue excelente. Ese mensaje que dio aquel día fue muy claro, que los seres humanos frente a una circunstancia mala lo pueden transformar en algo bueno. No hay, ni habrá otro futbolista como Maradona. Sus padres ya cancelaron esa máquina de generar hijos (risas). Habrá jugadores diferentes, pero como Diego no, porque las personas no son iguales. Lionel Messi se puede sentar en la misma mesa que Maradona, porque los buenos jugadores siempre se sientan en la misma, y quieren jugar juntos. Los buenos futbolistas no quieren estar fuera de la mesa, se quieren sentar siempre con los mejores del mundo. Yo me siento en la mesa de los grandes futbolistas. Me gusta jugar y estar con los que son los mejores.
– ¿Desde chiquito ya quería ser futbolista?
– Desde muy chico soñé con ser futbolista y fue mi inclinación para continuar con mi vida. El fútbol me marcó siempre el camino. Me marcó al inicio porque la vida no fue generosa conmigo. Tuve que salir de tres clubes, y el que finalmente me dio la oportunidad, a ese llegué para hacer las cosas bien. En la vida hay que luchar y pelear por lo que uno quiere. Porque los sueños no llegan solos y hay que trabajarlos, si no los trabajas, no te llegan.
– ¿Cumplió sus sueños siendo futbolista?
– Sí, claro. Mi sueño siempre fue ponerme la camiseta de Colombia, cantar el himno en una cancha y eso se cumplió. Además, jugué en Millonarios, en Deportivo Cali y en América de Cali.
– ¿Le hubiera gustado pegar el salto al exterior?
– En mi época, uno no tenía en la mente jugar en el exterior, precisamente en Europa. No pensaba eso porque el fútbol no era tan comercial, así qué de joven no soñaba con eso. Eso es ahora más con el fútbol moderno, con lo que se vive hoy en el fútbol y con la tecnología que hay, porque todos los países ofrecen dinero y los futbolistas salen corriendo desde donde están. Al joven lo enamora eso, pero antes no pasaba. Igualmente, tuve propuestas para jugar en el exterior, del América de México y del Hércules de España, pero no se concretaron, porque el fútbol era diferente y el pase también; todo era diferente.
– ¿Con un pase a Europa se hubiera salvado económicamente?
– Sí, claro, estuviera viviendo hoy en Miami, Estados Unidos, y no aquí en Bogotá hablando en una sede de un club Millonarios (risas).
– ¿A qué edad se retiró?
– A los 35. Fue de muy joven para la edad que se retiran hoy en día. Tuve un problema jugando en un partido de Copa Libertadores con América de Cali contra Rosario Central en Argentina. Recibí un rodillazo en la espalda y sufrí una hernia discal. Eso aceleró mi retiro. Tuve que operarme y me costó la recuperación.
– ¿Le costó anímicamente el post retiro?
– Sí, claro. Fue un momento muy terrible, porque no tenía en que ocupar mi tiempo libre. Es muy duro cuando eso pasa, muy duro me dio, porque uno no sabe qué hacer.
– ¿Cómo lo manejó?
– Tuve muchos traumas y me costó reponerme. Me separé. Fue muy duro porque sufrí un cuadro depresivo, terminé muy depresivo. El que se retira debe saber manejarlo muy bien porque si no, te puede pegar muy mal, como me pasó a mí. Me duró un año el cuadro depresivo y después retomé haciendo un curso de entrenador. Empecé a trabajar en las divisiones menores y volví a estar nuevamente en el fútbol, aunque tuve que atravesar ese duro momento.
– ¿Pudo hacer un buen colchón de dinero para vivir cómodamente?
– Vivo cómodo, vivo bien. Trabajo, pero estoy cómodo. En mi época de futbolista lo que cobraba no era suficiente, ni me alcanzaba para vivir, pero hoy trabajando en Millonarios vivo bien. Además, estoy pensionado y cómodo.
– ¿A qué se dedicó luego de ser futbolista?
– Fui actor de televisión, congresista y entrenador. Pero no fui un buen actor a pesar de que estuve tres años metido en eso; no era lo mío. Trabajé en un programa de televisión que tenía como formato una escuela de fútbol. Tomábamos las historias de los jóvenes y les transmitíamos la intención de darle mensajes a los chicos con muchos principios, de lo que debían hacer o no hacer. Fue muy exitosa la serie por ese motivo. Fue después de que dejé el fútbol.
– ¿Cómo nació su faceta de político?
– Por accidente. Un grupo de personas me ayudó a ingresar a un movimiento político que tenia reconocimiento nacional y de la gente, y así me transformé en congresista. Fui elegido por una cantidad importante de votos.