Natalia Londoño
El pasado miércoles, Girleyda llegó al Mercado Agroecológico UTP con una variada oferta de productos de su finca familiar: café en grano, molido y preparado, junto a deliciosas tortas de frutas y chocolates artesanales. Entre los productos más destacados que ofrecía, se encontraba la harina de plátano y guineo, así como el chocolate 100% cacao, listo para batir. Pero lo más especial fue su marca, Chituá, que en lengua Emberá significa «aromas». Este nombre no es casualidad, ya que la finca de su familia, con más de 14 años de manejo agroecológico, ha logrado mantener una biodiversidad impresionante, donde no se aplican químicos y se cuida la flora y fauna.
Girleyda compartió que la empresa familiar está dirigida por sus padres, quienes les inculcaron el amor por el campo desde pequeños. «Nosotros somos los descendientes que ahora estamos al frente de este proyecto, pero es una empresa que se maneja de manera familiar», afirmó. Su compromiso con la tierra y la sostenibilidad se hizo más fuerte durante la pandemia, cuando decidió regresar a la finca y tomar las riendas de este proyecto. «Antes trabajaba en Pereira, pero la pandemia me hizo reflexionar sobre el tesoro que teníamos en nuestra finca, y decidí dedicarme de lleno a esto. La verdad, no lo cambio por nada», explicó con orgullo.
El mensaje de Girleyda es claro: el campo necesita a los jóvenes. En su opinión, muchos de ellos han abandonado el trabajo rural, dejando que sean las generaciones mayores quienes lo mantengan. Sin embargo, Shirley cree firmemente que el futuro está en el campo y que este ofrece un gran potencial para las nuevas generaciones. «Hacemos una invitación a que los jóvenes no dejen que el campo se pierda. Hay tanto por hacer y cuidar», expresó.
La finca de su familia es un ejemplo de biodiversidad, con cultivos de café, plátano, cacao y árboles frutales, todo bajo el cobijo de un ecosistema que atrae a diversas especies animales. «Nos llena de alegría ver cómo los animalitos llegan a la finca y encuentran un hábitat donde pueden alimentarse de manera sana», contó.
Girleyda y su familia, compuesta por diez hermanos, de los cuales seis están involucrados de lleno en el proyecto, trabajan cada día para preservar este legado. «Este es el sustento de toda la familia. Aunque nacimos en Quinchía, hemos estado en Belén de Umbría desde hace 24 años, cuidando esta finca como un verdadero tesoro», concluyó.
Su presencia en el Mercado Agroecológico UTP es un recordatorio de la importancia de mantener viva la tradición agroecológica y el cuidado del medio ambiente, mientras ofrece productos saludables y de calidad, fruto del esfuerzo y el amor por la tierra.