Que delicia no ser más el director del espectáculo
Por: Ricardo Tribin Acosta
Nos sirve mucho, con el ánimo de reducir el impacto negativo del ego, el recordamos constantemente que ya no estamos dirigiendo y ejecutando el espectáculo y humildemente diciéndonos muchas veces cada día “hágase tu voluntad”. Entonces estaremos en mucho menos peligro de emociones tales como: miedo, ira, preocupación, autocompasión, y de decisiones equivocadas. En una sola frase: Nos hacemos mucho más eficientes.
No nos cansamos tan fácilmente, porque no estamos quemando la energía tontamente como lo hicimos cuando intentábamos arreglar la vida para pretender adaptarla a nosotros. La vida es tal y como es y no como uno cree que sea. De ahí que ayuda mucho el aceptar la vida en los términos de la vida, quitándonos de tajo expectativas fantasiosas e irreales, y poniendo por consiguiente nuestras pisadas en el aquí y el ahora.
Cuando nos ubicamos en el presente y permanecemos centrados en la realidad estaremos construyendo un solido edificio de paz y serenidad, poniendo de esta manera en nuestro horizonte los mejores objetivos de humildad y aceptación, que muchos beneficios traerán, tanto para nosotros, así como para los que nos rodean.