- Redacción
- BBC News Mundo
El Partido Republicano fue el claro ganador de las elecciones de este domingo al Consejo Constitucional de Chile.
Con más del 99% de votos escrutados, la formación de José Antonio Kast -el candidato de la derecha radical que perdió las presidenciales de 2021 frente al líder actual del país Gabriel Boric-, acaparó más de un 35% de los votos, según datos del Servicio Electoral de Chile (Servel).
Con ello, aportará 22 de los 51 consejeros (50 representantes de los partidos políticos y uno de los pueblos indígenas) que tendrán el cometido de redactar una nueva Constitución para reemplazar la actual, que fue redactada en 1980 bajo el régimen militar de Augusto Pinochet.
La coalición de izquierda de Boric, Unidad para Chile, obtuvo un 28% de los votos y 17 consejeros, menos de los 21 que le habrían brindado el derecho a veto en el proceso de redacción de la Carta Magna.
La agrupación de derecha Chile Seguro obtuvo el 21,5% de las papeletas, asegurándose los 11 consejeros restantes, mientras las alianzas Todo por Chile -de centroizquierda- y el Partido de la Gente quedaron sin representación.
Una victoria clave
Las coaliciones de derecha y centro derecha (Partido Republicano y Chile Seguro) suman 33 consejeros, lo que les da una amplia autonomía para redactar la nueva propuesta de Carta Magna que se someterá a un plebiscito ciudadano el 17 de diciembre.
Además, la victoria de la formación ultraderechista se considera especialmente simbólica, en un momento en el que la popularidad del gobierno de Boric se encuentra en horas bajas.
La jornada dejó también una gran cantidad de votos nulos y en blanco, que superaron los 2,2 millones, más de un 21% del total, algo inédito en el país.
Según analistas políticos, este voto tiene que ver con el desinterés de los chilenos en el cambio constitucional, en momentos en que la principal preocupación de esta nación tiene que ver con la seguridad y la economía.
También se lee como un “voto castigo” hacia la clase política.
Y es que el proceso para cambiar la Carta Magna en Chile no ha sido fácil. Este será, de hecho, el segundo intento luego de que en septiembre del año pasado los electores descartaran una primera propuesta con el 62% de votos en contra.
Aquel texto constitucional había sido redactado por un comité dominado por representantes de la izquierda e independientes.
“El desinterés se explica por el efecto que generó el proceso constituyente anterior dado que sufrió un enorme descrédito. Provocó un fuerte bajón en sectores que tenían expectativas, que apostaron por la idea del cambio constitucional”, le explica a BBC Mundo Octavio Avendaño, doctor en ciencias políticas y académico de la Universidad de Chile.
Las reacciones
Kast compareció en Santiago de Chile ante sus seguidores, a los que dedicó el “triunfo” de su partido.
Aseguró que la victoria de este domingo es “una señal fuerte y clara del rumbo que (los chilenos) quieren para nuestro país”.
Pese a esto, remarcó que “no hay nada que celebrar, porque Chile no está bien” e hizo alusión a problemas económicos y de seguridad que afectan al país.
Boric, por su parte, reconoció la derrota que, aseguró, “estuvo marcada por la crisis de seguridad y migratoria que han calado profundo en el ánimo de nuestros compatriotas”.
El presidente invitó a los partidos de derecha a “conseguir grandes acuerdos por nuestra patria”.
Las palabras del mandatario chileno reflejan una de las inquietudes que genera el amplio triunfo de la derecha en estos comicios: que puedan redactar la propuesta sin llegar a amplios consensos (y sin el aporte de la izquierda).
“Uno de los temores es que a la derecha se les abra el apetito y vean una oportunidad de constitucionalizar cosas que hoy no están en la Constitución y que profundizarían aún más el modelo actual de Estado subsidiario”, le explica a BBC Mundo Isabel Castillo, cientista política e investigadora del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES).
“Si la derecha se impone, puede aprobar cosas complejas de tragar desde la izquierda y eso sin duda va a llevar al fracaso a este proceso nuevamente”, agrega.
Lo anterior cobra aún más relevancia si se considera que el Partido Republicano, ganador de estas elecciones, ha dicho en reiteradas ocasiones que Chile no necesita una nueva Carta Magna.
“El Partido Republicano se ha opuesto desde el inicio a cambiar la Constitución. José Antonio Kast siempre estuvo en el lado del Rechazo. Han sido defensores de esta Constitución porque les acomoda el modelo, ellos defienden el Estado subsidiario”, afirma Isabel Castillo.
Esto podría “entrampar” el proceso constitucional.
“El temor es que se quede tal como está, con la actual Constitución, sin que se apruebe un nuevo texto. Que la discusión se entrampe”, dice Octavio Avendaño.
El nuevo Consejo Constituyente
Otra de las cosas que llamó la atención de los resultados de la elección fue el fracaso de la lista Todo por Chile, que agrupa a la centroizquierda.
Sin ningún consejero electo, este sector -que era parte de la Concertación que gobernó entre 1990 y 2010- no tendrá posibilidad de influir en las propuestas, lo que significa un duro golpe.
La misma suerte corrió el Partido de la Gente, un conglomerado que irrumpió en 2021 cuando su líder, Franco Parisi, quedó en tercer lugar en la primera vuelta presidencial (con casi el 13% de los votos). El partido, que basa su éxito en un discurso crítico en contra de la clase política tradicional, anti-elites, anti-privilegios, esperaba tener al menos 5 representantes en la asamblea.
Según lo establecido, el Consejo elegido este domingo tiene 50 integrantes con una distribución paritaria: 25 hombres y 25 mujeres, además del representante indígena.
Los 50 miembros deberán redactar la propuesta de Carta Magna sobre un anteproyecto elaborado por una comisión de expertos, un grupo de 24 profesionales designados por los partidos políticos, quienes ya se encuentran trabajando en un texto que deberá ser entregado el 7 de junio, cuando se conforme la asamblea.
El voto de este domingo era obligatorio y no ejercerlo podía conllevar sanciones de hasta US$226.
Más de 100.000 chilenos presentaron justificaciones para no acudir a las urnas -por ejemplo, encontrarse lejos del centro de votación- y evitar ser multados, según los Carabineros.
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