Por José Luis Ortiz Güell
Mark Rutte, ex primer ministro de los Países Bajos, que dimitió recientemente
se va a vengar del presidente español de forma fría y calculada. Quizás este
artículo aclare la importancia de estas elecciones que se van a celebrar el 23 J.
Si VOX llegase a entrar en el gobierno España tendría el veto de países como
Francia, Reino Unido, Alemania y hasta la misma Italia.
El primer desencuentro con Mark Rutte fue en la negociación de los
presupuestos de los fondos europeos pues España no aceptaba que el gasto
de Defensa fuese del 2 % de los presupuestos nacionales de España, aunque
al final accedió.
Ese primer desencuentro tuvo la consecuencia directa para que Rutte fuese
clave para arrebatar a Calviño la presidencia del Eurogrupo, el resto de la
venganza se haría esperar.
Si el PSOE perdiese las elecciones, algo previsible según las encuestas, Pedro
Sánchez tendría serias dificultades para buscar algún lugar en instituciones
como el Consejo Europeo o la misma OTAN, pues la llave para ello no es otro
que Mark Rutte.
La venganza se suele servir en plato frío y esto es un claro ejemplo en
geopolítica. Por eso la importancia de nuestro voto en estas elecciones, el algo
esencial para España. Si tuviese alguna oportunidad Pedro Sánchez y fuese
nuevamente presidente de gobierno seguramente la situación se podría
mantener como se encuentra en la actualidad.
Si ganase con amplia mayoría el PP tendría el apoyo de países como Francia,
Alemania, Reino Unido y hasta la misma Italia. ¿Dónde está la clave?
La realidad está en la posición que quede VOX, que, si bien puede crecer o
disminuir en intención de voto, es irrelevante. Lo relevante y decisivo es que no
entrase en el gobierno y de ahí la responsabilidad del resto de arco
parlamentario y de la responsabilidad de los partidos de oposición.
Este no es un artículo de opinión, sino un análisis objetivo de la realidad a la
que se enfrenta España en estos comicios que se van a celebrar en esta
semana y lo único que se intenta con ello es que se valore y seamos
conscientes de la responsabilidad a las que nos enfrentamos los españoles en
las urnas en estos momentos.
Después las lamentaciones no serán más que eso lloros y quebrantos. Que
nadie se ofenda pues repito, no hay nada que respete más que la
individualidad de opinión y su diversidad, pero seamos conscientes y
responsables con nuestros actos pues todos tienen consecuencias que asumir
y aceptar siempre.