Cerca de 37,5 millones de ciudadanos deciden este domingo, con todo en el aire. Por primera vez en democracia, la extrema derecha puede gobernar en nuestro país
España vota este domingo a los 350 diputados en el Congreso que han de investir al próximo presidente. Será Pedro Sánchez (PSOE), será Alberto Núñez Feijóo (PP) o no lo será ninguno de los dos, porque no se puede descartar una repetición; sí una mayoría absoluta, por lo que hay que ampliar el foco hacia Yolanda Díaz (Sumar) y Santiago Abascal (Vox), que se disputan ser tercera fuerza y más que eso, una vicepresidencia y ministerios. Cuando cierren los colegios, a las 20:00 horas, solo importará una cifra: 176. Es el número de escaños que permiten gobernar el país.
Siempre a tenor de los sondeos, el PSOE necesitaría a Sumar, pero también a buen número si no a todos los partidos nacionalistas e independentistas, mientras que al PP le bastaría con Vox. La victoria de uno u otro proyectará entre los españoles y hacia el exterior un horizonte radicalmente distinto. Sánchez ha concluido su campaña reivindicando a “las mujeres frente a los machistas”, “la ciencia frente al negacionismo”, “la cultura frente a la censura” o “la verdad frente a la mentira”, y tanto él como los electores, en especial los suyos, pero no solo, saben bien a qué se refiere. Feijóo empezó y ha terminado con un mismo mensaje: hay que acabar con el sanchismo, destruir lo que ha levantado.
La fórmula PSOE-Sumar está testada. Sánchez ha obrado junto a Unidas Podemos una legislatura productiva, con más de 200 leyes aprobadas, incluidos tres Presupuestos Generales del Estado, en el peor de los escenarios: primero la covid-19 y después la guerra en Ucrania. El mandato termina con una economía pujante y unos datos de empleo históricos, con una vocación de rescate de cuantas personas pudieran haberlo perdido todo por la pandemia o el precio del combustible o la energía, ahora de los alimentos. Con todo, el presidente parte en clara desventaja. Ya en las autonómicas y municipales celebradas en mayo, que propiciaron la convocatoria de las generales, sufrió un duro castigo.
Las coaliciones
PP más Vox, ya en la Comunidad Valenciana o Extremadura, solo tiene recorrido en Castilla y León, con un vicepresidente ultraconservador que niega la violencia machista, que pretendió que las mujeres con intención de abortar pudieran escuchar antes el latido fetal, que se opone a las exigencias española y comunitaria en materia de sanidad con el ganado que más tarde comemos o que invita a los jóvenes a plantarse si el CO2 es un gas contaminante. Feijóo necesita a la extrema derecha, pero sabe del daño para su proyecto de una gran dependencia de este socio.
Abascal auguró en un reciente desayuno informativo de la agencia Europa Press que un ejecutivo presidido por Núñez Feijóo con él de vicepresidente propiciaría una situación en Cataluña “peor” que la de 2017, cuando el independentismo logró celebar un referéndum ilegal que terminó con sus promotores en prisión o fugados. Hoy, con el separatismo apagado y dividido, el líder de Vox plantea un gran problema a un candidato del PP que ha querido subrayar su disposición a un nuevo tiempo con Cataluña basado en el diálogo siempre dentro del marco de la Constitución. Preguntado en cada entrevista por una coalición con el partido a su derecha, Núñez Feijóo no se ha salido del guión: aspira a una mayoría amplia que le permita gobernar de forma autónoma.
Algo muy diferente ocurre a su izquierda. Sánchez, que asumió pronto ante la opinión pública que el PSOE no superará en escaños al PP, reivindica a Yolanda Díaz como vicepresidenta. En el reciente debate celebrado en RTVE no solo no llegaron a interpelarse, sino que hicieron piña frente a Abascal, al que en todo momento señalaron como socio de Núñez Feijóo. Pero la actitud de Sánchez con Díaz no solo difiere de la del líder del PP respecto al de Vox, también con la del propio Sánchez hace cuatro años, cuando ese socio necesario era Pablo Iglesias y la sintonía y las sensaciones eran otras. Hoy, Podemos está seriamente dañado, sin apenas presencia territorial e integrado a regañadientes en Sumar, más a raíz de la exclusión de Irene Montero de las listas.
La campaña
En Galicia, Núñez Feijóo, mayoría absoluta tras mayoría absoluta, supo dejar a cero a Vox, siempre fuera del Parlamento. Esto es improbable a escala nacional, pero su afán ha sido y es reducir la representación del grupo de Abascal a la mínima expresión, apropiándose de ese voto. La dificultad para Feijóo ha residido en tener que mostrarse como un hombre de centro, es decir tender la mano al votante socialista –también al de Sumar-, pero al mismo tiempo atraer a quienes en anteriores procesos se han decantado por Vox. Sea o no por esto, la campaña se le ha hecho larga.
Puede afirmarse que si a Sánchez le ha sobrado en esta campaña un debate –el de Atresmedia, que perdió-, a Núñez Feijóo le ha sobrado la última semana al completo y no tanto por acierto de sus rivales como por lo que en tenis se conoce como errores no forzados. Fue él quien no quiso apagar en sus filas el lema contra Sánchez “que te vote Txapote” pese al ruego expreso de las víctimas del terrorismo; fue quien sembró dudas sobre el voto por correo, es decir sobre el propio proceso democrático, sin aportar una sola prueba; fue quien falseó datos y hasta desafió a una periodista en la televisión pública, demostrándose a los minutos que estaba equivocado.
Así cerraron la campaña electoral Pedro Sánchez, Alberto Núñez Feijóo, Santiago Abascal y Yolanda Díaz
También fue Núñez Feijóo quien hizo que el trascendente debate a cuatro en la radio-televisión pública quedase a tres, rechazando confrontar su programa e ideas con sus oponentes y ante una audiencia millonaria; fue quien, sobre su conocida fotografía con Marcial Dorado, aseguró primero no saber que se trataba de un narcotraficante porque en esos años “no había Google” y horas más tarde quiso quitar hierro puntualizando que cuando conoció a Dorado solo sabía que “era contrabandista”. Fue quien en un mitin central en Madrid se atrevió con un comentario machista contra Yolanda Díaz: “Viendo a la vicepresidenta que lleva el empleo, de maquillaje sabe mucho”.
Correos
De todos estos aparentes goles en propia puerta -algunos o buena parte de ellos pueden ser calculada estrategia, conviene recordar la participación como asesor de Miguel Ángel Rodríguez-, el de mayor gravedad es el relativo a Correos. Fue el 12 de julio, en un mitin en Murcia, cuando pronunció: “Le pido a los carteros de España que trabajen al máximo. (…) Le pido, con independencia de sus jefes, que entreguen todos los votos antes de que acabe el plazo. Es fundamental. Me comprometo a que, si no se les pagan las horas extraordinarias, se las pagaré en el primer Consejo de Ministros”.
Finalmente, Correos no solo ha hecho su trabajo de forma diligente, sino que el logro puede calificarse como histórico. Más de 2,47 millones de ciudadanos han depositado su voto en sus oficinas, una cifra jamás registrada. Representa además un 94,2% de las solicitudes, la ratio más alta alcanzada en unas elecciones generales. La empresa pública contrató a 19.400 personas para reforzar la plantilla de cara a estos comicios en pleno verano y ha salvado el examen con nota alta, salvaguardando las garantías, puestas en duda, del proceso.
Sánchez ha ido de menos a más, con gran exposición mediática y entrevistas a priori complejas de las que salió airoso. Las más comentadas, en El Hormiguero, El programa de Ana Rosa y el podcast La Pija y la Quinqui, abarcando a muy distintos públicos y tomando la palabra en espacios donde hasta esa fecha solo se habían escuchado críticas hacia él.
Si para Núñez Feijóo ha sido una fotografía de hace tres décadas la que le ha complicado la campaña, en el caso de Sánchez han sido los acuerdos con EH Bildu en el Congreso, medidas tan controvertidas como el indulto a los presos del procés o la conocida como ‘ley del solo sí es sí’ y sus dolorosas consecuencias, que son la excarcelación de más de un centenar de agresores sexuales y la rebaja de condena a más de mil. Sánchez reaccionó y se disculpó tarde y modificó la legislación junto al PP, sin poder actuar ya contra los delincuentes beneficiados. Fueron algunos de los aspectos a los que tuvo que hacer frente en el cara a cara ante un contra todo pronóstico arrollador Núñez Feijóo. Hubo un antes y un después porque el Sánchez lanzado y confiado había sido derrotado en prime time en televisión. Sus ya pocas opciones empezaron a desvanecerse.
Los sondeos
Y los sondeos, que daban esperanza a la izquierda de alcanzar esos 176 escaños, empezaron a acercar a esa cifra a la derecha, que así encaró el inicio de la semana final. Pero esos errores no forzados de Feijóo, el desastroso debate del posible vicepresidente Abascal frente al propio Sánchez y Díaz o la sabida “resistencia” del candidato del PSOE le han hecho terminar con aire y hasta haciendo de los memes e insultos en su contra eslóganes para su impulso.
El pasado lunes fue el último día en que se difundieron encuestas. Salvo la del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), organismo que preside el dirigente socialista José Félix Tezanos, todas concluían en una holgada pero insuficiente victoria del PP, necesitado de Vox para en algunas de ellas superar la mayoría absoluta y en otras, acariciarla. Desde los partidos, incluso en voz el propio presidente y fundador de la consultora GAD3, Narciso Michavila, se desliza que algo se ha movido desde el apagón demoscópico, cambios que preocupan en Génova y estimulan en Ferraz.
Las horas clave
Continuando con los sondeos, hay gran expectación con los que se difundirán con el cierre de los colegios, a las 20:00 horas, los conocidos como a pie de urna. Los principales serán dos. Uno, el de GAD3 para Mediaset, que desgranará el propio Michavila en un programa especial de Informativos Telecinco. El segundo, de Sigma Dos para RTVE y FORTA, que se hará público en cada uno de los medios del ente y en las televisiones autonómicas. Sus resultados escribirán el titular que abra los medios hasta las 21:00, cuando, con el cierre de los colegios en Canarias, el Ministerio del Interior comience a hacer público el avance del escrutinio.
A lo largo de la jornada, Interior dará dos datos de participación, a las 14:00 y a las 18:00 horas, a los que seguirán sendas ruedas de prensa, a las 14:30 y 18:30, del secretario de Estado de Comunicación, Francesc Vallès, y la subsecretaria del Ministerio del Interior, Isabel Goicoechea. El dato de participación cobra especial relevancia en estos comicios en pleno periodo vacacional, circunstancia que debiera desincentivar el voto, algo que está por ver, más en vista de los sufragios emitidos por correo.
Como es habitual, los colegios abren a las 9:00 y cierran a las 20:00 horas. Sumar solicitó ampliar el horario para tratar de burlar los estragos del calor, pero la Junta Electoral denegó la petición. Se esperan hasta 40 grados en algunos puntos del país. Más de 180.000 ciudadanos pasan el domingo en las mesas a cambio de 70 euros en concepto de dieta.
Son cerca de 37,5 millones de ciudadanos los llamados a resolver las decimosextas elecciones generales en España. Además de los 350 escaños en el Congreso, deciden 208 de los 265 que componen el Senado. Pedro Sánchez Pérez-Castejón (Madrid, 51 años), Alberto Núñez Feijóo (Orense, 61 años), Santiago Abascal Conde (Bilbao, 47 años) y Yolanda Díaz Pérez (A Coruña, 52 años) han terminado su trabajo y esperan. De su suerte dependerá la de España los próximos cuatro años.
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