Horas después de conocidos los 11 acuerdos entre las delegaciones de ambas partes, cabildos indígenas denunciaron fuertes enfrentamientos entre el Ejército y la estructura Dagoberto Ramos del Estado Mayor Central
El sábado 2 de septiembre el Gobierno nacional y el Estado Mayor Central de las Farc (EMC) lograron una serie de acuerdos de cara a la instalación de una mesa de conversaciones de paz. Ambas partes anunciaron un cese al fuego bilateral, el desarrollo de ocho misiones humanitarias de verificación en regiones con alta conflictividad y la continuación de la fase de generación de confianza.
En total fueron 11 las medidas acordadas entre las dos negociaciones en medio no solo de la política de Paz Total de la actual administración, sino también del escalamiento de la violencia por parte de esta disidencia al mando de Iván Mordisco en departamentos como Cauca y la ofensiva de las Fuerzas Militares que permitieron hechos como la recuperación del control en el Cañón del Micay.
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Pero si bien el acuerdo especial para la instalación de una mesa de diálogos y negociaciones de paz –como fue denominado el documento– se entiende como un nuevo avance en el desarrollo de unos diálogos con la estructura residual, todavía la situación en algunas partes de Cauca es crítica.
Colectivos de derechos humanos y oenegés manifestaron una continuación de las acciones armadas con tropas del Ejército Nacional en el municipio Corinto que dejó a las comunidades en situación de confinamiento y en riesgo de desplazamiento ante nuevos combates.
Sumado a esto, analistas como Juan Manuel Torres, coordinador de la fundación Paz y Reconciliación en el Pacífico, manifestó escepticismo “con la voluntad de paz del EMC” debido a hechos como la escalada del Bloque Occidental de las disidencias y el desarrollo de la ‘Operación Trueno’ en Argelia y otras zonas del norte del departamento.
El experto también indicó en diálogo con Noticias Caracol que las acciones violentas del EMC hacen parte de una “crisis acumulada” de aproximadamente cinco años. Por su parte, el Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric) denunció en la noche del sábado 2 de septiembre (horas después del anuncio de los acuerdos) ocurrieron fuertes enfrentamientos en las veredas Pueblo Nuevo, Pedregal, Río Negro, Quebraditas, Media Naranja, Paraíso, Crucero la Secreta, San Pablo y San Pedro, zona rural de Corinto.
“Las comunidades reportan viviendas afectadas con impactos de bala y familias confinadas; hasta la hora de la circulación de este boletín las familias no han podido ser evacuadas”, sostuvo en un pronunciamiento la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca.
La organización indígena también advirtió la presencia de integrantes de la fuerza pública en el territorio ancestral La Cilia-La Celera, lo cual representaría más enfrentamientos con el frente Dagoberto Ramos de la disidencia de Iván Mordisco.
Ante este panorama, hicieron un llamado a las comunidades de los territorios indígenas ubicados en Corinto, Huellas y Miranda “a estar alerta y atentos a la situación que se presenta”, y levantaron una voz de rechazo a la violencia pese a los 11 acuerdos establecidos con el Gobierno.
“Lamentamos que, a pesar de los anuncios de hoy sobre el acuerdo para la instalación de la mesa de diálogos entre el Estado Mayor Central de las disidencias de las Farc y el Gobierno nacional, los enfrentamientos siguen afectando a las comunidades y desarmonizando los territorios”, mencionaron también desde la asociación de cabildos.
Vale mencionar que dentro de los 11 puntos resueltos quedó contemplada la creación de una comisión accidental “para la resolución de contingencias” que estará conformada por delegados del Gobierno nacional y el EMC; así como representantes de la Conferencia Episcopal, el Consejo Mundial de Iglesias, la Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la OEA (Mapp-EOA) y la Misión de la ONU en Colombia.
INFOBAE