En su testimonio en la Corte Suprema de Justicia, la excongresista reveló que Álex Char también hizo parte del entramado de corrupción electoral que derivó en la compra de votos en Atlántico
Ante la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia declaró la excongresista Aida Merlano, condenada por delitos de corrupción electoral y cuya fuga se perpetró a finales de 2019 en Bogotá. Por cerca de ocho horas habló sobre la compra de votos hecha en el Caribe colombiano en la campaña de 2018 y la relación que tuvieron los clanes Char y Gerlein con este ilícito.
En su comparecencia, Merlano Rebolledo mencionó al tribunal el involucramiento que tuvo Arturo Char Chaljub con esta dinámica y la alianza que hizo para la adquisición de votos que le permitieran ser elegido nuevamente legislador para el periodo 2018-2022.
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Al respecto, la procesada precisó en primera persona que el expresidente del Senado “interfirió en la campaña de Aida Merlano más allá cuándo él no me hablaba por la grosería de no asistir a la reunión, porque yo no iba a apoyar a Vargas Lleras (Germán), esa es la verdad, yo no lo pensaba apoyar”. incluso, añadió que Álex Char, candidato a la Alcaldía de Barranquilla, tuvo que ver en ese entramado.
La ‘Casa Blanca’, sede de campaña de Merlano ubicada en la capital de Atlántico, fue el epicentro de las operaciones de movimiento de dinero y la cooptación de votantes de cara a sus aspiraciones al Congreso de la República. En ese punto, era cuando Char Chaljub intercedía para pedirle de paso que le entregue votos en varios departamentos.
“Desde la sede política trabajaron y se cuadraron 10.000 votos que fueron para favorecer a Arturo Char en los municipios que tengo determinados como Malambo, unos en Soledad, unos de Piojó, y unos de Sabanalarga, son como cinco municipios que fueron destinados para la votación de él”, añadió Merlano Rebolledo ante el alto tribunal.
Tema aparte, el expediente que reposa en la Corte señala que tras una reunión en la casa de Char durante 2017 se habría pactado la compra de votos en todo el Atlántico.
Dicha reunión habría sido el inicio del acuerdo, porque allí se habría definido que el clan Char apoyaría a Aida Merlano pese a ser candidata del Partido Conservador. Dicho apoyo se habría materializado a cambio de que hiciera fórmula con Lilibeth Llinás Delgado, de Cambio Radical, y que sería apoyada por la familia Gerlein.
En línea con las pesquisas del órgano judicial, la excongresista sostuvo que “se compraron votos para él en esos municipios, porque yo no tenía ninguna intención de gastar, ni irme a desgastar en esos municipios, cuando yo tenía muchos compromisos en otras ciudades y otros departamentos, y también en la misma ciudad de Barranquilla”. Posteriormente, volvió a nombrar a Álex y Arturo Char. Para Merlano, el primero “financia la campaña” mientras que el último “sirve de puente”.
“(…) Él es un intermediario que se aprovechó de la decisión de Alejandro de financiarme y dijo: ‘Yo te hago el favor, pero tú me financias a mí la Cámara’. Entonces Alejandro para que fuese él quien diera la cara ante Julio, que fue mi compañero sentimental durante años”, terminó de explicar la excongresista.
Alejandro Char es mencionado en cuatro frentes de investigación de la Corte en diferentes testimonios: como parte del entramado político del que también hizo parte el empresario Julio Gerlein; en el entramado para supuestamente potenciar el poder de la familia Char; como financiador a través de Gerlein y Faisal Cure, quienes contrataron con la Alcaldía; y por sus visitas a la Casa Blanca por la relación sentimental que sostenía con Aida Merlano.
“¿De dónde salieron los dineros? De unas deudas que le tenía, como yo lo manifesté, como lo tenía Faisal Cure, que era un contratista de la alcaldía de Barranquilla, y también el señor Julio Gerlein. Yo lo manifesté, él me financió parte de mi campaña”, dijo la excongresista condenada.
INFOBAE