La semana pasada se re-lanzó un video de la CIA que fue publicado en la web profunda en mayo pasado donde se explica a los rusos cómo pueden contactar discretamente con la agencia, el mensaje sumó unos 2 millones de visitas esta semana
En una operación que se vendría ejecutando desde principios de año, Estados Unidos y los países de la OTAN trabajan activamente en profundizar la vulnerabilidad en la base de poder interno del presidente ruso Vladimir Putin y buscar alternativas que ayuden a dar fin a la guerra en Ucrania, para ello, se ha buscado reclutar oficiales y funcionarios rusos de mediano y alto nivel que operen en actividades de espionaje para Occidente.
Uno de los antecedentes más recientes de los esfuerzos occidentales contra Putin ha sido el impactante -aunque breve y fallido- golpe del desaparecido Yevgeny Prigozhin, ex aliado del líder militar ruso que dirigió el grupo paramilitar Wagner contra Moscú dos meses y medio atrás.
En Moscú se cree que el plan para reclutar funcionarios importantes de la elite rusa responde a altos funcionarios de inteligencia occidental especializados en Europa oriental y Rusia. La percepción de la inteligencia en Washington y Londres es que la situación actual de Putin ofrece una oportunidad como nunca antes para explotar los inocultables problemas que atraviesan los altos funcionarios de las políticas de Moscú que derivan de las implicancias de la guerra en Ucrania a las que se suman las sanciones económicas que deterioraron la forma de vida rusa y están conduciendo a un aislamiento inocultable al gobierno de Putin, como también a distintos enfoques que perciben altos funcionarios rusos en materia de como resolver de estos problemas.
Es evidente que Putin está incómodo en el escenario que le toca moverse, el hecho de tener que acudir a conversaciones con Corea del Norte y recibir en suelo ruso al dictador Kim Jong-un, sumado a su situación de subordinación al líder chino Xi Jinping por necesidades militares y económicas es la muestra palmaria del mal momento que transita el líder ruso en su gestión conduciendo la Federación Rusa.
La estrategia de los oficiales de la inteligencia estadounidenses va en concordancia con las inusuales declaraciones del director del MI6, la agencia de inteligencia exterior del Reino Unido, quien se hizo eco del llamado a los rusos que están “inquietos y muy preocupados” por los planes y la tozudez de Putin en relación a la guerra en Ucrania, por lo que se habrían acercado a la inteligencia occidental.
Muchos rusos están preocupados y alarmados (aunque todavía se mantienen en silencio) por la visión de sus fuerzas armadas y varios de sus generales, los que aceptan sin cuestionar las órdenes de Putin para destruir las ciudades ucranianas, matando civiles inocentes, expulsando familias de sus hogares, y lo que más ha shockeado a la sociedad civil rusa ha sido los secuestros de niños ucranianos cuyo paradero se desconoce. Esto se señala en un comunicado reciente de la conducción del MI6, que solicitó -sin dar nombres- a altos funcionarios rusos hacer lo que otros ya han hecho en los últimos meses, unirse a ellos para el bien de Rusia. Todos esos comentarios públicos han sido hechos en las últimas semanas y se basan en los esfuerzos de las agencias de inteligencia, en particular la CIA, para reclutar a los rusos en desacuerdo con la estrategia de guerra de Vladimir Putin.
La semana pasada se re-lanzó un vídeo de la CIA que fue publicado en la web profunda en mayo pasado donde se explica a los rusos cómo pueden contactar discretamente con la agencia, el mensaje sumó unos 2 millones de visitas esta semana y fue enviado en idioma ruso, muestra a varias personas supuestamente rusas intentando contactar con la CIA y el FBI, y demuestra cómo el uso de portales en la web profunda puede ayudar a proteger sus comunicaciones de la vigilancia rusa como una de las herramientas de redes más utilizadas en Rusia, ya que otros sitios como YouTube, Twitter, Facebook e Instagram están bloqueados por orden del presidente Putin.
Lo concreto es que en Rusia, hoy sigue siendo tan difícil hablar como en la era Soviética, hacerlo y expresar desacuerdo con Putin equivale a peligros que conllevan graves consecuencias. Ante ello, la inteligencia estadounidense trata de conocer en profundidad la situación política interna del Kremlin y está buscando personas confiables que puedan hacerle saber el escenario actual protegiéndolas en sus comunicaciones porque sabe que Putin purgaría de forma inmediata y sin miramientos a cualquiera de sus funcionarios políticos y militares.
En este escenario, el objetivo de la inteligencia occidental es reclutar funcionarios rusos que prestan servicios en áreas de alta sensibilidad del campo militar y político e incluso de los servicios de informaciones rusos, aunque tampoco descartan a los civiles que puedan agregar valor informativo al interior de la sociedad rusa. Hay versiones no confirmadas por obvias razones de que ya han sido reclutadas personas en distintos campos de tecnología militar cibernética e información financiera, como también otras fuentes valiosas sobre economía y política exterior.
Tanto Washington como Londres saben que los rusos que tomen partido y se opongan de a Putin y su gobierno se colocaran en situación de gran peligro, de allí que no amplían más información en materia operativa y de contactos. No obstante, las agencias saben que la eliminación por parte de Rusia de casi todas las libertades políticas hizo que hablar y manifestarse en cualquier forma contra Putin sea extremadamente peligroso ya que no hay espacio para ello y el Kremlin castigó duramente a varias personas por expresarse contra la guerra en Ucrania. Muchas de ellas han sido sentenciadas a prisión incluso por críticas menores. Sin embargo, el precio que puede pagar un ciudadano ruso común hoy por hablar contra Putin es mucho mayor que antes del inicio de la invasión sobre Ucrania y más grave que en determinados períodos del régimen soviético. De hecho, han sido varios los opositores del gobierno que fueron objeto de intentos de asesinato y penas de prisión severas.
Hay un gran número de antecedentes que muestran la metodología férrea del gobierno de Putin, por caso, en 2018, Sergei Skripal, un ex-funcionario de inteligencia ruso que se desempeñó como doble agente para Inglaterra padeció intento de asesinato, Skripal sobrevivió a un envenenamiento por parte de los servicios secretos rusos en la ciudad de Bristol, Reino Unido. También y más recientemente en abril pasado, el activista opositor ruso Vladimir Kara-Murza, fue llevado a un juicio amañado y sentenciado a 25 años de prisión por oponerse a la guerra en Ucrania, la sentencia tuvo críticas del Departamento de Estado por ser un acto de represión, no obstante el Kremlin no respondió a esas críticas ni realizó comentario alguno. Del mismo modo, el opositor Alexei Navalny fue encarcelado después de sobrevivir a un presunto intento de asesinato en agosto de 2020 y actualmente enfrenta una pena de prisión a 20 años por cargos de terrorismo contra la Federación Rusa.
Sin embargo, todo indica que el plan de los servicios de inteligencia del Reino Unido y la CIA es reclutar rusos que ayuden a terminar con el derramamiento de sangre en Ucrania, no necesariamente el objetivo de ellos es derrocar a Putin, lo que suceda en Rusia dependerá -en última instancia- de los propios rusos.
Así, los movimientos actuales indican que tanto el Reino Unido como Estados Unidos parecieran tener el mismo objetivo, poner fin a la guerra en Ucrania por distintos medios, pero sus agencias de inteligencia también pretenden conocer más en profundidad que está ocurriendo al interior de la política y las fuerzas armadas rusas, por lo que especulan que la invasión de Ucrania es un síntoma de problemas más profundos en el sistema político ruso que pretenden conocer mas ampliamente a través de la captación de espías que colaboren con ellos.
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